El proyecto Apadrina un Olivo nació con el objetivo de recuperar 100.000 árboles y devolver la vida al pueblo de Oliete
Son muchos los planes impulsados para frenar la sangría demográfica del territorio, aunque quizás ninguno ha sido tan efectivo, o al menos ha tenido resultados tan positivos, como el proyecto Apadrina un Olivo de Oliete. La iniciativa surgió en 2014 con el principal objetivo de salvar 100.000 árboles centenarios en la localidad y a día de hoy, ya son 7.000 los olivos recuperados por los padrinos, el alma máter de este proyecto. Las claves para lograrlo, crear una idea «integradora» que ha conseguido unificar el cuidado del medio ambiente, las nuevas tecnologías, el desarrollo rural y las emociones.
El proyecto surgió un año antes de su nacimiento en la cabeza de Alberto Alfonso, uno de los cofundadores de Apadrina un Olivo. «Estaba con la familia en el olivar y vi que todo estaba abandonado. Los olivos tenían frutos, pero nadie para recogerlos. Pensé que eso no era posible en un pueblo como Oliete, cuyo nombre viene de Olivetum, campo de olivos en latín, y donde el olivo forma parte de la historia».
Poco a poco las ideas fueron brotando, Alfonso estaba cursando un máster sobre telecomunicaciones y márketing y el proyecto fue cobrando vida. En una European Party que se celebró en Londres, encontró a dos pilares fundamentales para Apadrina un Olivo, Pablo y Adrián. «Algo les enganchó. Les conté mi idea, vinieron a Oliete, conocieron al tío Miguel y de ahí nació el proyecto», cuenta. Sin embargo, costó un poco más que la idea calara entre los habitantes de Oliete. «Era una incógnita, porque era un proyecto muy intangible e inmaterial, pero la verdad es que cuando vieron los resultados, se implicaron al máximo».
El proyecto fue dando pasos de gigante en sus primeros años, cada vez eran más los padrinos que se interesaban en el proyecto y gracias a la llamada de Televisión Española, Apadrina un Olivo saltó a la palestra nacional. «Fue una difusión tremenda justo en el Día Mundial del Medio Ambiente. A partir de ahí tuvimos la suerte de salir en diferentes medios como National Geographic». Después llegaron multitud de premios y colaboraciones que convirtieron el proyecto en referencia nacional.
Una iniciativa que no tiene límites
Apadrina un Olivo puede presumir de haber cumplido bastantes de sus objetivos. Además de cautivar a 2.500 padrinos, el pueblo de Oliete va recobrando vida. Gracias al proyecto se ha podido abrir una almazara de aceite que utilizan agricultores de toda la Comarca e incluso se ha evitado el cierre de la escuela con la contratación de Raúl, que llegó al pueblo con su mujer y tres hijos. Además, el proyecto da trabajo a otras siete personas y ha logrado que muchos padrinos acudan los fines de semana a Oliete y alrededores para conocer sus olivos.
Por todos estos motivos, Alfonso opina que Apadrina un Olivo no tiene límites. «Hemos logrado que el proyecto se convierta en un dinamizador. Generamos empleo, desarrollo rural, cuidado del medio ambiente y un conexión muy especial entre los padrinos y los olivos».
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Mi familia es de Oliete ahora hace tiempo que no voy pero yo creci allí con los abuelos,mis primos ya estan apadrinando lo de los Olivos. Ahora aquí en Barcelona he hecho amistad con uno de Alacon que me ha enviado videos y la suscripción a Comarca, es fácil que vayamos en breve, tengo morriña.