La recuperación de los restos mortales de Joaquín Ferrer, secretario del Comité Revolucionario de Ráfales y fusilado en 1938 en la tapia del cementerio de Valderrobres, encallan en su primer intento de esclarecer su paradero. La primera de la excavaciones arqueológicas llevadas a cabo no localizan la fosa que, los primeros indicios ubicaban en el lugar que fue objeto de estudio durante la semana pasada. Los nietos de Ferrer y un equipo de arqueólogos escogieron el lugar tras varios testimonios que apuntaron a que los restos de Joaquín Ferrer y de, al menos, dos represaliados más fusilados en el lugar, podrían estar al pie de dos cruces de madera ubicadas en la pared del cementerio.
Sin embargo, tras varios días de búsqueda apenas se encontró lo que, según explicaron los arqueólogos, parecen ser los restos de alguna zanja llevada a cabo para la plantación de algún tipo de árbol. «Pensamos ahora que los restos de Joaquín Ferrer podrían estar en el interior del cementerio. Creemos que puede haber aún gente que conozca los hechos y pueda esclarecer dónde fueron depositados sus restos, por eso hacemos un llamamiento a que si tienen información, se comuniquen con nosotros», explicó Javier Ruiz, arqueólogo que dirigió la excavación, dentro del programa de recuperación de la Memoria Histórica del Gobierno.
Los investigadores apuntaron a las dificultades ante las que se encuentran a la hora de recoger testimonios que esclarezcan estos hechos. A la avanzada edad de los que vivieron aquellos hechos, se añade que mucha de la población de aquella época emigró de Valderrobres. «Es muy complicado contar con testimonios fieles a lo sucedido, pero no perdemos la esperanza», añadió Ruiz. Los descendientes del entonces secretario del Comité Revolucionario de Ráfales continuarán intentando localizar los restos mortales de su abuelo en Valderrobres. «Llevamos muchísimos años intentando localizar los restos de nuestro abuelo. Desde aquí hacemos un llamamiento por si alguna persona de Valderrobres o que tenga información sobre la ubicación de la fosa, nos la haga saber», explicó Carme Abril Ferrer, nieta de Joaquín Ferrer.
Los familiares añadieron que cualquier persona puede aportar datos a través de la Asociación Pozos de Caudé y facilitaron el correo pozosdecaude@nodo50.org y el teléfono 691 670 181 para que cualquier persona pueda portar datos concluyentes. Joaquín Ferrer Alaber fue el secretario del Comité Revolucionario de Ráfales y fue fusilado por los franquistas en marzo o abril de 1938. Sus nietos buscan sus restos para otorgarle un entierro digno junto a su mujer. De hecho, la última hija viva de Joaquín murió tan solo un mes después de que su familia recibiese de DGA el kit para obtener el ADN de la allegada más próxima. Ahora van a intentar encontrar sus restos con 5.000 euros concedidos por el Gobierno Central gracias a las gestiones y el trabajo incansable de la asociación memorialista Pozos de Caudé a petición de la familia.