«¿Hasta dónde nos puede arrastrar el rencor?», se pregunta el andorrano y gavanenc Albert Villanueva en Rencorres, la segunda novela de la trilogía protagonizada por el inspector Pruna. Sigue así, con un nuevo caso, la historia que comenzó con Pactos. «Una novela negra que bucea en las miserias del ser humano», define el autor, al encontrar en ella un asesino que arrastra el rencor y marca su vida planeando una venganza que, spoiler, no le curará las heridas.
Villanueva presentó su último trabajo en la Casa de Cultura de la localidad andorrana, al igual que lo hizo con anteriores trabajos, donde recibió una gran acogida. «Es un placer que las presentaciones en Andorra siempre tengan un lleno, consiguen que me ponga nervioso, pero siempre es muy especial y lo disfruto mucho», confiesa el escritor.
Albert Villanueva (61 años) es profesor de secundaria en Gavà (Barcelona), donde vive, aunque guarda un fuerte vínculo con Andorra, donde es originaria su familia y donde tiene «grandes amigos desde los 15 años». El escritor tiene muy presente el pueblo en cada trabajo, de hecho, la novela que cerrará la trilogía, y que llevará por título Nunca, acabará en Andorra, concluyendo ahí las aventuras del mosso d’esquadra. El trabajo permitirá sumergirse en el callejero andorrano y en su celebración más especial. «Pretendo que el pueblo no sea solo un escenario, sino un personaje más. El equipo llegará a Andorra y lo hará en medio de la fiesta de San Macario», añade.

Sinopsis
Un asesinato brutal, el primero de una serie de muertes crueles y con una escenografía singular, pondrá la maquinaria policial de Pruna y su equipo en marcha. Activará una carrera contrarreloj para capturar al asesino que pretende exponer su tesis macabra en los lugares históricos de Gavà. Durante este tiempo, Pruna vivirá en su hogar materno, donde todavía quedan objetos y recuerdos de una vida que creyó feliz.
Un destino implacable y funesto hará que Pruna tenga que enfrentarse a un enemigo inesperado, más duro y demoledor que el asesino al que tiene que dar caza. Alguien lo va a convertir en una venganza con reminiscencias históricas. El intento del inspector Pruna de marcharse de su pueblo natal y olvidar un pasado esculpido a martillazos se verá truncado nuevamente.
De la novela negra a la histórica
El escritor tiene entre manos un trabajo totalmente distinto que también parte de Andorra y sus alrededores. Su punto de partida es el exilio de un familiar en la Guerra Civil. Se trata de una historia sobre el exilio al que se vieron arrastrados medio millón de españoles una vez acabada la Guerra Civil. «Desde que comencé a escribir ficción sabía que tenía que hablar de ello como homenaje a toda esa gente», explicó.
Dedicó a ello seis meses leyendo a fondo más de treinta libros, también ha visitado algunos de los campos de concentración del sur de Francia, incluso ha conseguido documentación familiar del Archivo de Salamanca. «Con todo ello comencé la escritura de Alejandros, que es como se titulará esa novela, pero entonces se publicó Pactos y todo cambió», detalló.
Desde el principio, los lectores del primer caso del inspector Pruna empezaron a pedirle una trilogía, por lo que, tras acabar las correcciones de Pactos, y antes de su publicación definitiva, comenzó la fase de documentación, aunque, por el momento, esperará a finalizar la trama de Purna. «Estuve compaginando la escritura de las dos novelas durante unas semanas, pero al final me di cuenta de que era inviable… Y que, seguramente, los lectores de Pactos tenían razón», reconoció.