La extracción de carbón en la cuenca minera de Teruel se ha reactivado este verano y de los más de dos millones de toneladas que firmaron Endesa y Samca hasta 2018 -cifra con la que el sector ya se mostró satisfecho para garantizar la actividad dos años- está previsto que en diciembre de este año ya se hayan suministrado a la eléctrica 1,6 millones. De este modo se garantizarían nuevos contratos durante los próximos años. Será difícil que el ritmo hasta 2020 sea el actual pero sí que todo parece indicar que se siga extrayendo lignito del cielo abierto con normalidad. La demanda energética francesa ante el cierre de las nucleares sería uno de los motivos del repunte.
En la mina de cielo abierto y en el lavadero de Ariño se está trabajando a pleno rendimiento, de lunes a domingo, y se ha recurrido a nuevas subcontratas. Además, se está ampliando la superficie de extracción. Se calcula que solo en la explotación ariñera estén trabajando ahora unas 200 personas. «El año pasado en estas mismas fechas se estaban marchando las subcontratas y se estaba reubicando al personal propio… Esto demuestra que es necesario mantener el carbón», explica el alcalde del municipio minero, Joaquín Noé. En septiembre del año pasado Samca paralizó el cielo abierto y la actividad en el desmonte se redujo a labores de mantenimiento y control. Se despidió prácticamente a todas las subcontratas y apenas quedaron 50 personas en todas las instalaciones de Samca.
Hoy, sin embargo, los establecimientos hosteleros de la localidad están llenos. «Estamos en el mismo nivel que 2006 y 2007», puntualiza.
Pero aunque la situación en la cuenca minera turolense es boyante, no ocurre lo mismo en la cuenca asturleonesa. Allí apenas se está quemando carbón pese a que la Central Térmica de Compostilla es de similares características que la andorrana. La situación es tan crítica que los mineros del norte se están planteando paros y protestas. Acciones que, previsiblemente, no secundarían los trabajadores del territorio.
El Decreto que no llega
Pese a las perspectivas optimistas a corto plazo, el sector del carbón sigue inmerso en un periodo de incertidumbre que solo terminaría con la decisión favorable de la eléctrica Endesa de invertir en la Central andorrana los 190 millones de euros que se necesitan para adaptar la infraestructura a la normativa europea de emisiones antes de junio de 2020 y alargar su vida útil. En ese sentido, la cuenca minera espera que el Ministerio de Energía dé a conocer un Decreto Ley que anunció a bombo y platillo antes de verano pero que no ha visto la luz. El propio Ministro, Álvaro Nadal, aseguró en mayo a la consejera de Economía e Industria, Marta Gastón, que estaría en dos meses. Sin embargo, en julio, el secretario de Estado, Daniel Navia, trasladó a los sindicatos que el borrador se haría público en septiembre.
Según adelantaron desde Madrid, esta normativa propiciaría las inversiones a través de diferentes mecanismos que podrían ser incentivos a la producción o pagos por capacidad. Tanto trabajadores como alcaldes ya manifestaron una «cautela» que hoy en día va convirtiéndose en «desesperanza».
Lo que sigue esperando el sector minero-eléctrico es una política energética estable a nivel nacional, acordada por todos los partidos políticos.
Reactivación de la cuenca minera
Ante esta situación, la cuenca minera tiene puesta la mirada en la reactivación de las zonas de carbón. No obstante, las mesas y foros creados para motivar esta reindustrialización no están arrojando los resultados esperados. Si bien es cierto que en julio el Gobierno de Aragón anunció la instalación de una empresa en Albalate del Arzobispo que se dedicará al aprovechamiento del yeso, invertirá unos 11 millones de euros y creará, a priori, 30 puestos de trabajo, este proyecto no será capaz de asumir toda la pérdida de empleo a la que está avocado el territorio en caso de que la Central no continúe.
Así las cosas, la mesa por el futuro y la reindustrialización de la comarca Andorra-Sierra de Arcos (formada por representantes políticos, empresariales, sindicales, sociales y vecinos) retomará en breve sus reuniones para continuar exigiendo a las administraciones soluciones «eficaces» y planes «reales».
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