El Plan Hidrológico del Ebro 2021-2027 contempla la inclusión de 38.433 hectáreas de Aragón, que con el 61% del total de la cuenca es la comunidad que más superficie incorpora. Este Plan se aprobó en noviembre en el Consejo Nacional del Agua en el Ministerio para la Transición Ecológica, e incluye las adendas del Gobierno de Aragón en las que en abril solicitaron los regadíos sociales de Vinaceite o Civán, entre otros, que habían quedado fuera a pesar de estar aprobados.
En el caso de Vinaceite, la conversión a regadío de casi 1.400 hectáreas de secano supone una inversión total de 21 millones de euros. Fue declarado de interés general en 2019 y ahora desde DGA les ha sido concedida una ayuda de 9 millones. Al incluirse en el PHE se trata de una obra a ejecutar en los próximos cinco años. Quedarán por aportar 11 millones, una cantidad de la que deberán hacerse cargo los 40 propietarios implicados a 25 años.
Interés para empresas inversoras
No obstante, para hacer frente a estas aportaciones de capital existen fórmulas que se barajan, como por ejemplo, la implicación de empresas de otros sectores que inviertan en agricultura. De hecho, en este sentido ya se han dado conversaciones. «Las empresas aportan toda la inversión, realizan el amueblamiento de las parcelas y se ocupan de la explotación por 25 años. El agricultor recibe un alquiler y pasados esos años se le devolverá una parcela convertida en regadío, produciendo a pleno rendimiento, y por lo tanto, una tierra cuyo valor se habrá multiplicado respecto al actual», reflexiona el presidente de la comunidad de regantes San Isidro, Francisco Ezquerra. Esta fórmula se está aplicando en zonas aledañas como la Ribera Baja del Ebro.
Cabe destacar que la mayoría de hectáreas corresponden a Vinaceite y algunas a Azaila. Las pocas de Almochuel (Zaragoza) que se incluían cuando se lanzó este proyecto hace dos décadas, han quedado con el paso de este tiempo como terreno yermo en alquiler o en venta para la instalación de los parques solares que se han colocado en el término municipal en los últimos años.
El sector primario ha sido y es el principal sustento de Vinaceite, que ahora no alcanza los 250 habitantes. Con el fin de que siga siendo el pilar principal de la economía y el freno a un mayor éxodo rural, desde la comunidad de regantes no han desistido en lograr el regadío social en estos veinte años. Y es que, además de campo, cuentan con alrededor de una quincena de explotaciones ganaderas. Se dedican principalmente al porcino y entre todas mantienen al menos medio centenar de empleos del pueblo y de los alrededores. De las nuevas infraestructuras de riego podrían beneficiarse también las granjas, ya que hasta ahora el abastecimiento de agua procede de manantiales. No ocurre así en la mayoría de poblaciones de la comarca del Bajo Martín, que toman el agua del pantano de Oliete. Calculan que en Vinaceite se consumen 800.000 litros de agua diarios, por lo que se precisa de un suministro estable.
Como aseguraron desde DGA cuando se declaró de interés este regadío social hace tres años, el departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad llevó a cabo los estudios técnicos que acreditan el interés social, así como su viabilidad económica, garantizando en las actuaciones la participación de los interesados.
En dos décadas, este proyecto ha pasado muchas fases. En 2006 se redactó un anteproyecto pero con la crisis se quedó en un cajón. En 2015, y a instancias de la comunidad de regantes que quiso retomarlo, se realizó un estudio de viabilidad desde DGA a través de Sarga. Seguía siendo posible convertir el secano en regadío social pero con modificaciones respecto al anteproyecto de 2006. Igual sucede ahora, que las cifras se han modificado respecto a las de 2015. Entre ellas, las de hectáreas y propietarios. Se convertirán 1.325 hectáreas y no 1.831 como se contempló hace cuatro años. El regadío social garantizará el agua necesaria para el cultivo de olivo (53 %), viñedo (23 %) almendro (13 %) y hortícolas (11 %).
Riegos de Caspe
La Comunidad de Regantes del Canal de Caspe ha recibido la adjudicación de la subvención para llevar a cabo la implantación del regadío en 1.124 de sus 1.182 hectáreas. Este terreno, conocido popularmente como la Colomina, fue declarado zona de Interés Nacional a finales del siglo pasado y los regantes llevan esperando esta subvención del regadío desde 2004, cuando se redactó un primer anteproyecto. Las 58 hectáreas restantes, han sido excluidas tras ciertas alegaciones en la resolución de la subvención.
Esta ayuda «llega tarde y con unos costes muy elevados», sentenció José Antonio Palacios, presidente de los comuneros al conocer la noticia, ya que de los 16 millones de euros que cuesta la obra, la DGA financia el 40%, es decir, 6 millones. Por tanto, la cantidad restante la deberán abonar los 200 regantes de la comunidad. Lo que supone alrededor de 8.000 euros por hectárea a pagar en 25 años. Además, como recuerdan, este presupuesto responde a lo recogido en el anteproyecto, pero cuando se redacte el proyecto definitivo, es posible que los costes varíen con respecto a lo que se había contemplado y que aumente o disminuya el presupuesto.
En 2017 se constituyó esta comunidad bajo el nombre de Comunidad de Regantes del Canal de Caspe. A partir de ahí se redactó un nuevo anteproyecto para desarrollar el regadío y que respondiera a la situación técnica y energética de entonces. Desde ese momento, comenzaron las reuniones con la DGA para acceder a las nuevas convocatorias para nuevos regadíos.
Hasta el momento habían realizado un plan conjunto entre la CHE, el Gobierno de Aragón y el Gobierno de España, «aunque solo la Confederación Hidrográfica del Ebro había cumplido con su parte, la de llevar el agua a través de un canal», recordó Palacios. El resto del plan, que consistía en llenar unas balsas y darles presión para poder instalar sistemas modernos de regadío, nunca se llevó a cabo.
Por tanto, ahora quieren continuar con esa parte que en su día quedó pendiente. Por el momento cuentan con la «única» ayuda del Gobierno de Aragón, ya que «desde Madrid ya nos dijeron que no tenían dinero para este asunto», explicó el presidente de la comunidad de regantes.
Sin embargo, los proyectos de regadío en las zonas de Valdurrios I y Valdurrios II han sido rechazados por parte del Gobierno de Aragón, aunque se encuentran en proceso de revisión y en espera para próximos años. Esta era la segunda ocasión en la que se solicitaba la subvención para la obra, y los agricultores tendrán que seguir esperando. No obstante, «se les ha concedido la dotación de agua por lo que para un futuro ya tiene solucionado este primer paso», declaró Rafael Guardia, concejal de Agricultura y Medio Ambiente en Caspe.
Más vale tarde que nunca. Si algo tenemos que tener claro es que le primera y principal actividad humana es COMER PARA PODER SOBREVIVIR. Por tanto invirtamos en agricultura.
Pero quizás no así. Parece que quienes se llevan la mejor parte del pastel son las grandes empresas, que se aseguran 25 años de beneficios… y me da la impresión que invirtiendo con el dinero de todos
eso sería un posible pelotazo para algunos de ustedes y lo saben aparte de que básicamente no tienen agua para las granjas y con esto ya tendrían aguas suficiente lo pagaría en el resto y ellos se beneficiarían….. que digan los números de verdad y tienen para otro reportaje….
El señor Lambán dijo en la campaña de las elecciones de 2019 en Caspe que los regadíos de Valdurrios iban a ser inminentes y ahora la DGA los bloquea, ¿ No se cansa de perjudicar a los caspolinos y de prometer cosas que luego no cumple?
Y en el VAL DE ESCATRON. CASPE (ZARAGOZA), hay alguna afectación?
la misma afeccion que en el de val de la Liana Caspe
cuantos intereses de grandes terratenientes…..
yo creo que nunca veremos esos regadios en marcha
poderoso don dinero,.
a mas de uno de los que lo mueven no les interesa.
el año que viene otra junta general para decir que la primavera que viene empiezan las obras, basta ya de reiros de los terratenientes, llevais asi muchos años
ya cansais
parece que hay también hay antitodo en esto de los regadios.
No hay manera de avanzar
Como esos regadíos sean como los de Los Monegros, el despilfarro y el desastre ecológico estarán servidos. Ahí, en pleno verano los aspersores difuminan el agua en campos de maíz. La mitad se evapora y la otra mitad riega producciones que son excedentarias en el norte de la UE. Debe ser para cobrar subvenciones. Se secan acuíferos y embalses de una manera totalmente anacrónica. Si no recuerdo mal, la Expo de Zaragoza tenía por lema “Por una nueva cultura del agua”. Me acuerdo cada vez que en julio y agosto paso por Los Monegros y veo los aspersores lanzando agua al aire…