Alcañiz ha tomado el relevo a la localidad oscense de Barbastro como escenario de la entrega de las distinciones al Mérito Turístico, una gala que ha celebrado este martes en el Parador. Antes de mediodía, hora prevista de inicio del acto, el Consejo Territorial ha realizado su reunión anual en la que se ha hecho balance, se han analizado los presupuestos para el próximo año, y se han fijado directrices a seguir en la legislatura.
Una de las condecoraciones se queda en el territorio, y más concretamente en el Matarraña, con la concesión de una de las Placas al Mérito Turístico a La Torre del Visco de Fuentespalda. Las Medallas al Mérito Turístico son tres y se conceden al Festival Folklórico de los Pirineos de Jaca, al director gerente y secretario de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez Martínez; y, a título póstumo, al propietario de Casa Emilio en Zaragoza, Emilio Lacambra Manzano.
En cuanto a las Placas al Mérito Turístico, son nueve y recaen además de en La Torre del Visco, en Ultramarinos La Confianza de Huesca, el Grupo Aragonés Empresarial Costa propietario de hoteles y bodegas SOMMOS, el Hotel Viñas de Lárrede en el Prepirineo, Basilicus Espacios en Zaragoza, Fundación Cook and Chef Institute, El Gastrónomo Zaragozano, Hotel Mas de Cebrián de Puertomingalvo y Hotel Boutique Palacio de La Marquesa de Teruel. El objetivo de estas Placas es distinguir acciones o personas que contribuyan a realzar positivamente la imagen turística de Aragón.
«Para Alcañiz es un día importante porque creemos que también somos un punto de referencia en el turismo de Aragón. Tenemos mucho patrimonio, muchas actuaciones en el año, así como el circuito internacional de Motorland», dijo el alcalde, Miguel Ángel Estevan. Apoyó estas palabras Jorge Moncada, el director general de Turismo, quien destacó que la elección de Alcañiz y del Parador no había sido casual. «Para nosotros es una satisfacción estar aquí en este marco tan increíble y poder entregar las distinciones y hacer balance y marcar las ideas de la legislatura», añadió.
«2023 va a ser un año excelente»
La jornada comenzó con la reunión anual del Consejo Aragonés del Turismo en la Sala Juan de Lanuza. Una vez puestos sobre la mesa los datos del pasado ejercicio, se llegó a la conclusión de que 2023 «va a ser un año excelente». De hecho, de mantenerse la tendencia en los dos meses que restan para que expire, se va a superar a 2022, el mejor año tras la pandemia. «Incluso me atrevería a decir que podemos superar 2019, que son los mejores registros que tiene Aragón respecto a afluencia turística», dijo el consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco. En este sentido, hizo hincapié en que Aragón «va mejorando y aumentando con más trabajadores en el sector y con más establecimientos de cada vez mejor calidad». La comunidad va a cerrar 2023 con un total de viajeros por encima de los 3 millones de turistas. De ellos, nacionales son 2.343.000 y unos 700.000 son extranjeros. «El turismo en Aragón representa el 9% del PIB, el 10% del empleo, pero tenemos mucha capacidad de mejora y eso es lo más destacable, que casi todas las comarcas tienen mucha capacidad de crecimiento», añadió y deseó que a final de legislatura se haya «incrementado 2 ó 3 puntos».
En los próximos años se va a reforzar la promoción y la presencia en mercados internacionales, «ya que un turista extranjero gasta casi el doble que un turista nacional y conseguirlo daría más estabilidad al sector». Uno de los focos será Sudamérica, así como Europa y especialmente las zonas de Francia más cercanas a la comunidad. «Estamos en buen momento de nivel de calidad de la hostelería, pero necesitamos más gente que se gaste más dinero para que los empresarios puedan amortizar sus inversiones y los trabajadores tengan una oportunidad de empleo», añadió.
En el Consejo se trazaron las líneas a seguir en la legislatura de las que el consejero destaca tres. Una es la incorporación del patrimonio a la oferta turística, algo que ya se ha ido haciendo en Teruel y ahora se está trabajando con el Arzobispado de Zaragoza a través de visitas nocturnas a puntos de interés. La finalidad es lograr que la gente pernocte y deje de ser una ciudad de paso para cientos de miles de turistas. Otra línea es trabajar en el turismo deportivo, algo que moviliza al deportista que acude a realizar una prueba y a varios amigos y familiares que se convierten en turistas. La tercera línea es promover el turismo cultural, un motivo de viaje cuyo funcionamiento está más que demostrado y que grandes eventos como Vive Latino en Zaragoza lo han puesto de más evidencia.
Entrega de Placas y Medallas: un viaje desde el Salón Juan de Lanuza
Sin moverse de las butacas los invitados al acto de entrega de las Distinciones al Mérito Turístico realizaron un viaje a lo largo y ancho de la comunidad autónoma. La directora de La COMARCA, Eva Defior, condujo la gala e invitó a todos a volver a la niñez e imaginarse que se colgaban su mochila a los hombros y, ayudándose de unos prismáticos, dejarse llevar por un recorrido de las tres provincias de la mano de los establecimientos premiados.
El viaje empezó en Alcañiz con un vídeo en el que se mostraron todos los encantos naturales, culturales, deportivos y sociales de la ciudad anfitriona -que son unos cuantos-. Las imágenes encontraron apoyo y complemento en las palabras del alcalde, Miguel Ángel Estevan, que se ocupó de dar la bienvenida a los invitados. Arrancó el itinerario con los nueve establecimientos reconocidos con las Placas al Mérito Turístico. La primera parada fue en Huesca, en pleno centro para conocer a Ultramarinos La Confianza. Siguió por la provincia con el Grupo Aragonés Empresarial y sus hoteles y bodegas SOMMOS para continuar por el Prepirineo y conocer mejor cómo es el Hotel Viñas de Lárrede. El itinerario se adentró entonces en Zaragoza de la mano de Basilicus Espacios, apartamentos con vistas a la Basílica del Pilar, continuó en la provincia para premiar la labor de la Fundación Cook&Chef Institute antes de detenerse en el trabajo de la publicación especializada El Gastrónomo Zaragozano. El broche de esta primera parte de la excursión fue en la provincia de Teruel conociendo primero el Matarraña a través de La Torre del Visco y sus 30 años de buen hacer desde Fuentespalda. El siguiente paso fue llegar a la capital, donde está el Hotel Boutique Palacio de la Marquesa, antes de acabar en Puertomingalvo para adentrarse en el interior de una antigua masía reconvertida en el Hotel Mas de Cebrián.
Los viajeros tomaron aire y escucharon las palabras de Salvador Arenere, propietario de este último establecimiento y quien pronunció unas palabras en nombre de los homenajeados con las Placas. Recordó años pasados, sus experiencias en Alcañiz como ciudad en la que residió, además de saludar a unos y otros con nombres y apellidos y recordando vivencias con más de uno. A las instituciones les pidió apoyo, y de una manera tan sutil como clara, también pidió «respeto para las joyicas» de esta tierra a la hora de plantear proyectos como los de renovables. El asunto se trató en el Consejo Territorial previo.
Palabras aplaudidas en este caso por Jemma Markham, la propietaria de La Torre del Visco en Fuentespalda. Hace tres décadas lo puso en marcha junto a su marido, ambos ingleses, y ella continúa «con la misma ilusión». Uno de los retos externos a los que se enfrentan es la amenaza externa de los macroproyectos de energías renovables con grandes aerogeneradores previstos para el entorno. «Lo ha dicho muy bien Salvador Arenere en su intervención y pedimos que a los empresarios privados se nos incluya en el diálogo porque estamos en contacto continuo con la gente, sabemos qué quieren, qué buscan y porque queremos renovables, pero no así», dijo Markham, una persona feliz en Matarraña y que cuenta con un equipo sólido de trabajo. Recibió la Placa con «mucho orgullo» porque, aunque ya ha recogido unos cuantos premios y reconocimientos, los que llegan desde casa «se reciben mucha ilusión». Ella siente a Aragón como su casa y celebra los 30 años de trayectoria y «los que están por venir» porque no para de trabajar y de hacer territorio. «A pesar de mi aspecto y mi acento soy una vecina más, me siento parte de esta tierra», añadió sonriente a La COMARCA con su distintivo en la mano.
Tras las palabras de Arenere, la ruta continuó con la entrega de las tres Medallas al Mérito Turístico y con ello tres paradas más: una por provincia. Comenzó el viaje en Jaca, donde el Festival Folklórico de los Pirineos fue homenajeado por sus 50 años de historia. Su alcalde, Carlos Serrano, se encargó de pronunciar unas palabras y de llevarse el premio a su ciudad. Teruel, y más concretamente Albarracín, fue el segundo alto en el camino para conocer mejor la historia de la Fundación Santa María de la mano de su director Antonio Jiménez Martínez, la persona que fue reconocida con la medalla. Tras sus palabras desde el atril llegó el turno de empezar a marcar el final del trayecto. Hubo algunas lágrimas y mucha emoción contenida en la garganta porque la última parada fue en Casa Emilio en Zaragoza. Defior invitó entonces a mirar al cielo, el «lugar donde las personas buenas y queridas nos esperan». Y es que este último homenaje era para Emilio Lacambra Manzano, fallecido este mismo año. Fue último propietario y tercera generación del restaurante familiar en el que buena parte de la sociedad aragonesa y no aragonesa encontró en más de una ocasión su punto de encuentro. Su hija Adriana, con la emoción propia de recordar a su padre, recogió la medalla y agradeció en su nombre y en el de su madre.
Llegó el final con las palabras del consejero de Turismo y Medio Ambiente, Manuel Blasco, antes del último acto ya más distendido para un viaje que no precisó de bocadillo en la mochila porque la fiesta acabó en torno a un cóctel en el que siguieron los encuentros entre profesionales del sector y las administraciones. «Las instituciones debemos trabajar en colaboración para ayudar y, a ser posible, no molestar a los profesionales», apuntó Blasco recogiendo el guante lanzado por Arenere.
¡ENHORABUENA! a Jemma y su brillante equipo de La Torre del Visco. Muy merecido. Han sido pioneros en el Bajo Aragón.