El escritor madrileño Manuel Guedán presentaba este jueves en el Palacio Ardid de Alcañiz su nueva novela que, curiosamente, acabó de gestarse muy cerca de la capital bajoaragonesa. La casa de Belmonte, refugio de escritores en pleno Bajo Aragón, fue el lugar donde Guedán concluyó ‘Los sueños asequibles de Josefina Jarama’. Pero, tal y como él explica, hay que saber diferenciar la historia del ambiente en el que se ha concebido. No tiene pues el libro mucho del pueblo, pero ahora sí lo tiene su autor, tras pasar un mes siendo uno más en Belmonte de San José. «Casi la mitad de la novela la escribí ahí. Durante el confinamiento más o menos conseguí escribir pero luego veía que me quedaba atascado y encontré por casualidad en Twitter la residencia de escritores de Belmonte. Inmediatamente llamé, me dijeron que estaba disponible y estuve un mes: escritura todo el día y paseos por la tarde por el pueblo y los alrededores», recuerda.

Además de «unos atardeceres impresionantes», esta localidad del Bajo Aragón ofreció a Guedán el contexto idóneo para escribir. Le dio también una grata sorpresa: «Cuando ya estaba a punto de irme descubrí que una gran amiga a la que hacía tiempo que no veía era precisamente de Belmonte y estaba allí. Ella colgó una foto en Instagram, la vi, la llamé y bajamos los dos en pijama corriendo a darnos un abrazo», rememora entre risas.
Tanto significó la experiencia para Guedán que precisamente los responsables de la casa, María Ruiz y Jota Gallo, fueron quienes el jueves le acompañaron e interpelaron en Alcañiz. Lo hicieron sobre la segunda novela del madrileño, protagonizada por la joven Josefina Jarama, que recorre muchas vidas que van conformando la suya propia a base de humor y también de pequeñas decepciones. «Ella es una pícara que sueña con ascender, con progresar, pero empieza de muy abajo, y encima es hija de una madre comunista. Se va encontrando a lo largo de la novela obstáculos, la constatación de que ella no representa para su jefe lo mismo que su jefe para ella y tendrá que ir rehacíendose y buscando oficios nuevos en cada capítulo», resume el autor.
La obra, que se escribe en base a diferentes lugares y décadas que Josefina Jarama va transitando, se inicia en Ibi (Alicante) en lo que parece ser la Edad Dorada de la fabricación de Juguetes aunque, como explica Guedán, «el mundo no es como ella lo ve». Pero, ¿qué podemos aprender de Josefina? Guedán responde: «A cómo negociar cada uno con nuestra ambición porque aunque parece que es algo que criticamos de los demás cada uno tiene la propia y es un signo de nuestros tiempos. Uno tiene que lidiar con ella y no dejar que nos gobierne a cada paso. Que Josefina sirva para que nos preguntemos qué hacer cada uno con nuestra ambición«.