Una alcañizana denuncia que era habitual que el padre Enrique intentase tocarlas en el cine
«Lo sufrí una vez con una amiga y después lo intenté evitar. Cuando íbamos al cine de Escolapios no nos sentábamos en las esquinas y nos escondíamos para que el padre Enrique no nos localizara. Todas las chicas de nuestra edad sabíamos que aprovechaba el cine para realizar tocamientos y lo evitábamos. Era habitual».
Quien habla es una vecina de Alcañiz nacida en 1960 y que a finales de la década sufrió un único día abusos por parte del padre Enrique. La COMARCA ha hablado con ella después de que hayan salido a la luz los tocamientos que el padre realizaba a niños de Alcañiz entre finales de los años 60 y principios de los 80 aprovechando su trabajo como profesor en Escolapios y las excursiones con los Scouts, de los que fue fundador.
Aquella fue la única vez que esta alcañizana sufrió abusos porque en las siguientes sesiones en el cine de Escolapios rehuyó sentarse cerca de él. Tendría entonces entre ocho y once años. «Recuerdo que la sala estaba llena y nos sentaron en unos bancos provisionales en el pasillo central. Iba con una amiga y el padre se sentó detrás y empezó a meternos mano por la falda. Nosotras nos íbamos apartando porque nos sentíamos incómodas», precisa.
Esta mujer explica que cuando en el 83 fue apartado por las denuncias no entendió cómo la mayoría de los alcañizanos se extrañaron de las acusaciones por abusos sexuales. «Decían «con lo que el padre Enrique ha hecho por los niños de Alcañiz»… a mí no me sorprendió porque a mí me metió mano siendo una niña y no fui la única», precisa esta mujer.
En este sentido, justifica que en aquella época, finales de los 60 y principios de los 70, se callaran. «Eran tiempos diferentes, no podías ir a casa y decir que el cura te había metido mano porque era una figura muy respetada».