Presente y pasado confluyen en la historia que Ángeles González-Sinde y Miguel Santesmases están cocinando a fuego lento para acabar dando vida a «Tierra Baja». Este proyecto cinematográfico, centrado en el Bajo Aragón, se teje poco a poco para acabar conformando un relato que ofrezca una historia inmersa en la verdad que arroja el medio rural.
Son muchas las cosas que unen a ambos guionistas al Bajo Aragón, que conocen bien. Santesmases, por su parte, cuenta con antecedentes familiares en Belmonte de San José, localidad donde este año decidió instalar su productora: Zavijava Films. «Hubo un tiempo en el que dejé de ir a Belmonte, como la protagonista de «Tierra Baja», y con los años he acabado volviendo. Sí, hay algo que me une mucho a este pueblo», explica.
A González-Sinde fue el cine lo que la trajo hasta aquí. Concretamente Luis Buñuel y Calanda, pues cabe recordar que en 2010 fue invitada Romper la Hora en Calanda, en esa ocasión como Ministra de Cultura. «Apostar por cine hace que un territorio que era menos conocido, al que no hubiera llegado nunca, se haya convertido en algo familiar para mí», narra.
El hilo argumental de la película «Tierra Baja» recoge del regreso a los orígenes y habla de cómo es la vida realmente en el pueblo. «La protagonista de «Tierra Baja», Carmen, retoma esa vida de la finca de su abuela cuando tiene 55 años y está ya muy saturada de su profesión, muy quemada, harta, en una crisis vital… Y aprovechando que tiene una hija con edad suficiente para mantenerse por sí misma dice: «Me marcho a esa casa que está deshabitada, que he heredado de mi abuela, de la que nadie se ocupa en la familia, y voy a ver si puedo empezar de cero allí»», cuenta González-Sinde. Así arranca precisamente esta película, que espera rodarse en septiembre en el territorio en el que argumentalmente transcurre: el Bajo Aragón. En ella se cuenta una historia de amor ficticia pero en un lugar que no lo es tanto, pues asegura Santesmases que la localidad es «fácilmente reconocible». El objetivo, en el fondo, es también contar la vida en los pueblos del Bajo Aragón. Aseguran que se retratará de una forma justa el territorio, acorde siempre a la realidad que ellos mismos han vivido. «No buscamos hacer una caricatura, ni tampoco una película descarnada o lúgubre en la que parezca que todo es negativo, en absoluto. Algo compensado, equilibrado y que refleje el amor o el interés con el que estamos llevando a cabo este proceso, porque hay entusiasmo», explica González-Sinde.
Producción «artesanal»
En este punto, y para que el proyecto avance y se consolide, la búsqueda de financiación es cuestión vital, sobre todo en una producción de estas características. Ambos guionistas la definen como «muy artesanal», refiriéndose a un modus operandi en el que los detalles y el cariño son la máxima. «Es una película que pretende ser libre para poder contar las cosas sin los condicionantes a veces del mercado, de lo comercial, sino con verdad, porque eso puede ser lo que atrape a los espectadores y desde luego lo que a mí me atrapó cuando Miguel me propuso esa historia», cuenta González-Sinde.
Explican que no está habiendo problemas excesivos a la hora de recabar apoyos para que «Tierra Baja» acabe siendo una realidad. De hecho, Zavijava Films, la productora de Santesmases, ha sido seleccionada para participar en Emprecooltura Aragón 2021, un programa puesto en marcha por el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) para apoyar nuevas empresas culturales en la comunidad autónoma.
El proceso está siendo largo, apuntan, condición necesaria para desarrollar una iniciativa intensa, completa y que merezca la pena. Para ello, escuchar lo que la propia tierra tiene que decir resulta básico. «Para mí está siendo una experiencia increíble. Desde el primer instante en el que empecé a escribir sobre esta historia me dediqué a hablar con la gente que vive allí, a entrevistarles directamente. Lo que empecé a descubrir es que fundamentalmente estos pueblos los mueven las mujeres y ellas son las que están peleando realmente por que sigan pasando cosas allí, para que no desaparezcan. Esa es un poco la cuestión: esa sensación de amenaza que se cierne sobre los pueblos», relata Santesmases.
Por su parte, González-Sinde también se muestra satisfecha con el camino recorrido hasta el momento. «Una de las partes que más engancha de esta profesión es en la que nosotros nos documentamos. Inventar una película sobre cualquier cosa requiere generar un mundo, un universo creíble y verosímil donde el detalle es muy importante, y eso solo te lo puede dar la realidad», explica. «Vivir la vida cotidiana y conocer a la gente. Ellos te abren sus casas y te abren sus vidas también, su día a día, aspiraciones, temores… Eso es un lujo y un privilegio». Es el resumen que hace González-Sinde de la experiencia, que transcurre además entre paisajes idílicos, en un lugar tan «especial» como es el Bajo Aragón.
Para conocer esa realidad de la que ambos hablan han procurado empaparse del territorio y también han contado con sus gentes. De hecho, los castings para los rodajes fueron un éxito total de convocatoria. A finales de verano desde la productora decían sentirse ya «sorprendidos y emocionados» por la gran cantidad de personas que quieren formar parte de «Tierra Baja». «Conocer a toda esta gente fue estupendo, y a partir de ahí el proyecto fue creciendo. Se ha ido creando un ambiente, un espacio de generación de lo que es todo esto», cuenta el director.
Todavía no se conoce cuándo se rodará «Tierra Baja», aunque si los plazos de financiación se cumplen, podría ser a finales de 2022. A este respecto, González-Sinde asegura que espera poder «blindarse esas fechas» para vivir también de cerca lo que será la puesta en escena de un gran proyecto que lleva una andadura de más de tres años, y que espera contribuir a que el medio rural se coloque en el imaginario colectivo como un lugar en el que ocurren muchas cosas y cuyas historias merece la pena también contar.
«El cielo profundo» bajoaragonés
Ángles González-Sinde conoce bien el Bajo Aragón. Ha pisado el territorio en numerosas ocasiones y eso le ha permitido también el poder recoger su esencia en el audiolibro «El cielo profundo». Disponible a través de Audible, esta obra une las historias de dos personajes llegados hasta el medio rural bajoaragonés movidos por sus respectivas profesiones: la medicina y la educación. Ambas comienzan a ahondar en el pasado de la comarca, descubriendo todavía las heridas abiertas de la Guerra Civil y sus consecuencias en el territorio. La guerrilla, el maquis, persecuciones despiadadas van tomando presencia en el audiolibro.