Desde que el Rey del Tíbet en el exilio le concedió el título de Lama (maestro espiritual en el budismo tibetano), nadie llama al caspolino Vicente por su nombre de pila. Es Ngawang Wangjor, que significa «el que atrae discípulos». Su Santidad Gongma Trichen lo designó con mucho acierto, ya que su sueño desde hace 20 años ha sido construir un centro de retiro budista. El primer intento fue hace 17 años en Fuentespalda, donde vivió siete años y llegó a ordenarse monje. Sin embargo, el precio de compra del terreno le hizo volver a empezar. Hace 7 años llegó a la ladera de un monte de pinar en Monroyo, gracias a la oferta asequible de un amigo. En este tiempo, con diversa ayuda, ha construido su vivienda, otras cuatro cabañas independientes, un ‘gompa’ y caminos para conectarlo todo. Un pequeño oasis espiritual ha aflorado «silenciosamente» en el Matarraña, aunque todavía «queda mucho por hacer», como revelan los sacos de tierra, las herramientas y los azulejos sin poner.
¿Cómo Vicente se convirtió en el Lama Ngawang Wangjor? La vida de este caspolino cambió hace 30 años, cuando llegó a sus manos un libro sobre el budismo. Desde pequeño había estado «buscando a Dios», pero ni su servicio como monaguillo en liturgias católicas -primero en su localidad natal, y más tarde en Cataluña, donde emigró con 7 años- ni su acercamiento a otras culturas espirituales en su juventud, «le habían dado respuesta a su pregunta». Sí que lo hizo el budismo zen, que practicó durante dos años, hasta que conoció en Barcelona a un maestro tibetano y comenzó a ser discípulo de esta otra escuela. «Me impactó muchísimo», recuerda. También fue en la Ciudad Condal donde el caspolino vio por primera vez a Su Santidad Gongma Trichen, el Rey del Tíbet exiliado y -hasta que abdicó en su hijo- el director espiritual del linaje Sakya (es decir, quien ostenta el título del 41º Sakya Trizin).

El caspolino Lama Ngawang Wangjor cursó la mayoría de sus estudios en Occidente, aprovechando las visitas de los maestros del budismo tibetano. También se desplazó a Asia para seguir formándose en India y Nepal. «Para llegar al nivel de Lama se necesitan siete años académicos, además de retiros, sin embargo, a mí me dio el título porque conocía mi trayectoria. Soy un maestro de lo más sencillo que hay. No soy muy académico, me gusta enseñar a través de la experiencia y que la gente aprenda de venir aquí y ver los conflictos que se plantean y cómo se resuelven», explica. Como el Lama «que atrae discípulos» su propósito es que su centro de retiro budista, el único en la provincia de Teruel, beneficie a muchísimas personas «que están buscando la liberación mental y emocional».
Cuatro cabañas independientes y un domo
El centro de Monroyo se llama ‘Sangchen Norbu Ling’, nombre que significa «el lugar para las enseñanzas más altas del budismo tibetano» y que fue otorgado por Su Santidad. De momento, cuenta -además de con la vivienda del Lama- con cuatro estancias independientes, con dormitorios, baño y cocina. Dos de ellas disponen de agua caliente y se está trabajando para que el otro par también la tengan. «Queremos que cada una de estas viviendas posea las necesidades básicas para que la persona que venga de retiro pueda estar un tiempo largo, de 6 meses hasta un año, 10 años o toda la vida«, detalla el caspolino, quien considera que la austeridad para hacer el retiro tiene que ser «cómoda para los tiempos de hoy en día».
El Lama Ngawang Wangjor sube y baja con cuidado por los senderos que él mismo ha construido en la ladera para conectar las diferentes cabañas. El objetivo es que cada una esté lo más apartada posible de la otra para evitar las distracciones entre sus huéspedes. En casi todas ellas, todavía hay algo «que está por terminar», por lo que el caspolino se disculpa amablemente al enseñarlas. Entre las cuatro casetas de maderas, sobre sale, un domo, unas cúpulas que en un futuro se revestirán para que «sean una casa con apariencia de cueva».
Un ‘gompa’ dedicado a la deidad femenina Tara
El centro cuenta con su propio ‘gompa’ (salón de meditación) dedicado a la deidad femenina Tara, que representa la energía «de la madre, de la protectora, de la cuidadora, de la que siempre está atenta y preparada para acudir cuando es necesario».
El caspolino explica que el budismo se basa en el estudio, la contemplación y la meditación. «Primero hay que leer unos textos para comprenderlos, después esta la fase de contemplación para reflexionar sobre lo que has estudiado (si es coherente para ti, si tiene una lógica científica, si no es un acto de fe ciego…) y, por último, cuando lo tienes muy claro entra la meditación, que es poner en practica lo que has estudiado las 24 horas al día», enumera. Para que este proceso «se acelere», «se necesitan los retiros». «Cuando estás sólo no puedes escapar de la trampa de tus emociones y pensamientos. En la vida cotidiana puedes ir al cine o llamar a un amigo para distraerte, pero aquí tienes que enfrentarte a tus miedos. El Lama es quien te puede ayudar si lo necesitas», detalla Ngawang Wangjor.
Llegados desde Francia, Holanda y Portugal
El Lama Ngawang Wangjor comenzó el centro de retiro budista desde cero, «sin el dinero suficiente», pero con la «motivación» necesaria y, sobre todo, con «mucha paciencia». A lo largo de los años, varios voluntarios, así como personas que han estado de retiro, le han ayudado tanto poniéndose el mono de trabajo como con donaciones. «Toda mi vida está puesta aquí, tanto a nivel económico como personal. He llegado hasta donde he podido», confiesa. Desde hace tres años hay un voluntario que trabaja con él como secretario del centro. También otras personas le ayudan gestionando la página web y las redes sociales. Gracias a estas últimas plataformas, ‘Sangchen Norbu Ling’ está cada vez haciéndose más conocido.
«Hasta ahora toda la gente que venía era por el boca a boca. En el Matarraña casi todo el mundo ha oído hablar de nosotros, pero fuera de esta comarca, en la provincia, no hay mucho conocimiento. Yo siempre he sido muy silencioso«, cuenta el Lama. Su objetivo original es que el centro sirviera de refugio para personas que ya tuviesen mucha experiencia en el budismo. Sin embargo, ahora se ha dado cuenta de que «hay una necesidad muy grande de que exista un espacio para la gente que empieza o que tiene la necesidad de cambiar algo en su vida». Por eso, ahora abre sus puertas para retiros de fines de semana y puentes.
A pesar de estar ubicado en la provincia de Teruel, apenas hay turolenses que se pasen por el centro. La mayoría provienen de otras partes de España, así como de países vecinos como Francia, Holanda y Portugal.
Visita del Rey del Tíbet en el exilio
Estos últimos días, el ajetreo es mayor en el centro de retiro ‘Sangchen Norbu Ling’. El Lama y el secretario están ultimando varias obras pendientes antes de la llegada de Su Santidad Khondung Gyana Vajra Rinpoche, hijo del Rey del Tíbet en el exilio, actual maestro principal del linaje Sakya (el 43º Sakya Trizin) desde que su padre abdicó y segundo líder en la jerarquía espiritual del budismo tibetano después del Dalái Lama.
Su Santidad se encuentra de gira por varios países de Europa, y a su llegada a España hará una parada el lunes 14 de agosto en el centro de Monroyo, donde ya estuvo hace dos años. Realizará la iniciación del buda de la medicina, que podrá seguirse en 27 países gracias a una retransmisión online con traducción simultánea.

Dios mío; qué pintará esta chaladura en medio de Teruel.
seguramente hará más bien a este mundo que tú pero seguro
Por que dices eso?. Es un lugar para estar en paz, no hace daño a nadie. Si no te gusta no vayas, pero por favor un poco de respeto.
Me agrada que en la provincia se implanten proyectos e ideas que puedan interesar a parte de la diversidad de personas que poblamos el mundo, muy interesante!
GRACIAS.