A sus 39 años, Ángel Molinos Bosque ha hecho de la música y en especial del clarinete bajo su forma de vida. Es músico freelance y profesor; y está preparando la grabación de su primer su disco como solista. Compagina su actividad artística y docente en Finlandia con su labor como profesor de clarinete bajo en Musikene, el Centro Superior de Música del País Vasco desde septiembre. Reconoce que la música es un «arma de doble filo» porque supone llevarla siempre consigo. No termina cuando realiza un ensayo o imparte una clase sino que detrás hay mucho trabajo y todo un estilo de vida. Su proyecto más importante después del verano es volver a los conciertos, muy perjudicados por el covid.
Es de Alcañiz y hace una década la música le llevó a Finlandia después de pasar por San Sebastián, donde cursó estudios superiores; y por Holanda, donde estudió un máster. Rotterdam fue el inicio de una aventura en el extranjero que aún sigue aunque sin olvidar a su familia, que vive en Alcañiz y a la que estos días visita. En su ciudad le picó el gusanillo por la música. Formó parte de la Unión Musical y estudió en el Conservatorio antes de cursar la carrera de Magisterio Musical y el Grado Superior de Música en Musikene, donde ahora trabaja. Fue propuesto para EncontrARTE por Carlos Vallés, alcañizano en Suiza.
Al finalizar sus estudios en San Sebastián logró una prestigiosa beca que el gobierno holandés ofrecía para alumnos excelentes de cualquier país que quisieran cursar estudios de máster o posgrado en cualquier disciplina. La del alcañizano fue la única beca para estudiar música ese año.
Desde Helsinki colabora habitualmente con prácticamente todas las orquestas profesionales de Finlandia y con algunas ha realizado giras por varios países europeos así como por China, Japón y Corea; además de ofrecer regularmente conciertos en solitario y con una orquesta de cámara. También trabaja como profesor en la Academia Sibelius de la Universidad de las Artes de Helsinki, donde también ha sido dos años investigador asistente y está finalizando un doctorado artístico en torno al rol del clarinete bajo como instrumento solista en la música contemporánea.
Ahora combina el invierno finlandés con visitas a la bahía de la Concha. 15 años después de dejar Musikene, ha vuelto para formar parte del equipo de profesores y ser compañero de músicos a los que admira, algunos de ellos sus antiguos profesores. «Su principal seña de identidad es el profesorado de alta especialización con el que cuenta, formado por músicos con contrastadas carreras que viajan desde diferentes partes de España y Europa para dar clases en el centro regularmente tal y como yo he estado haciendo este año desde Helsinki. Es lo que me atrajo como alumno cuando en 2002 tuve que elegir dónde cursar mis estudios superiores de clarinete», explica Molinos, quien destaca que Musikene fue una apuesta del Gobierno Vasco en 2001 por crear un centro de excelencia que en aquellos momentos revolucionó las enseñanzas superiores de música en España y que sigue siendo un referente.
La música contemporánea ocupa una parte importante de su actividad artística de Ángel aunque también disfruta mucho del repertorio clásico del clarinete. «Es algo casi inevitable tocando un instrumento como el clarinete bajo, que hasta mediados del siglo XX era considerado un instrumento secundario con un papel meramente orquestal, y sin apenas repertorio solista, una especie de hermano pequeño del clarinete. Sin embargo, a partir de los años setenta comenzó a centrar la atención del mundo de la música contemporánea, ya que sus características tímbricas, su amplísimo rango dinámico y su versatilidad para adaptarse a todo tipo de estilos lo convierten en un medio perfecto para plasmar las inquietudes e ideas nuevas de los compositores de nuestro tiempo», explica el alcañizano.
Un abrazo Ángel.Los que te conocemos estamos muy orgullosos de tí.