Cientos de personas peregrinaron en la última semana al santuario de Nuestra Señora la Virgen de Arcos. Lo hicieron tanto desde Albalate del Arzobispo como desde Ariño y en dos jornadas: el Lunes de Cuasimodo, y este Domingo de Rosario. Este santuario está siendo objeto de mejoras en los últimos años y en el horizonte próximo está la realización de un proyecto de musealización para satisfacer el interés de vecinos y de visitantes -muchos de ellos del Balneario de Ariño-.
Ambas poblaciones cumplieron con la tradición de hermanarse en el entorno del templo que, aunque ubicado en el término municipal de Albalate, mira a la vega del Martín y a la Sierra de Arcos en las limítrofes tierras de Ariño. Vecinos y autoridades de las dos poblaciones acudieron ambos días a convivir como cierre de la Semana Santa y bienvenida de la primavera. «Este año además coincide Domingo del Rosario con San Jorge y lunes festivo, y eso favorece a la afluencia. Es una jornada de armonía con Ariño que nos acompaña como cada año», valoró la alcaldesa, Isabel Arnas. Las judías entonaron los estómagos el Lunes de Cuasimodo, mientras que el pan siguió siendo el elemento indispensable de ambas jornadas. Sonaron las cornetas de los alabarderos, las coplas de los rosarieros y también sonaron jotas espontáneas. El Cachirulo acompañó este Domingo de Rosario la misa que se celebró de campaña para honrar tanto a la Virgen de Arcos como a San Jorge. «Es un día muy bonito, pienso que la gente ha disfrutado de la misa que habíamos preparado», añadió Ignacio Lasmarías, quien lleva en el Cachirulo desde 2005 aunque «tenemos a gente mayor que lleva toda su vida».
Tras la eucaristía, y antes de repartir el pan, se hizo un breve recorrido por la explanada con la imagen de la virgen a hombros. Antes de la verbena nocturna en el pueblo, la tarde la amenizó la música de charanga todavía en el entorno del santuario donde comieron las cuadrillas.
Actuaciones en el santuario
En los últimos años y a través de dos talleres de empleo se acometieron varias mejoras en el santuario de la Virgen de Arcos. Se centraron en el exterior con acciones como la recuperación de la era empedrada, la cueva del pastor Natalio y se adecuaron dos barbacoas. También se recuperó el sendero tradicional que se empleaba antaño para subir caminando. Vuelve a usarse y además se ha equipado con pequeñas zonas de descanso con algún merendero.
Las próximas intervenciones se están planteando para el propio edificio. «Hay interés por visitarlo todo el año y hemos encargado la memoria para realizar un proyecto para consolidar la zona de hospedería por un lado, y por otro, musealizar la parte del santuario», añadió Arnas. El objetivo es combinar paneles físicos con realidad aumentada, tal y como se está estudiando para el castillo.