Raúl Andreu, joven agricultor y ganadero de Monforte de Moyuela, recuerda perfectamente la desagradable sorpresa que él y su mujer se llevaron el pasado miércoles 22 de enero cuando fueron a la nave donde guardan la cosechadora y el cereal. «El techo de la nave se había hundido y había aplastado la maquinaria reventando las ruedas», explica.
Mientras Raúl desmonta la nave con la ayuda de su hermano hace balance de las pérdidas que ha sufrido en su negocio que ya ha pasado dentro del las afecciones sufridas en el pueblo para la solicitud de ayudas tras el paso de la borrasca Gloria. «Hemos calculado alrededor de unos 100.000 euros, y sin contar la mano de obra de desmontarla, que lo estamos haciendo nosotros», dice.

Raúl se hizo joven agricultor hace cinco años y se hipotecó comprando tierras para continuar con el negocio familiar que años atrás había iniciado su padre.
Reconoce que la borrasca Gloria ha minado sus perspectivas de futuro. «El problema es que se ha parado el tiempo ahora para nosotros. Lo principal para nosotros es quitar la cosechadora de debajo de los hierros, y lo siguiente desmontar todo lo antes posible para poder vender el grano que no se ha mojado, los demás trabajos tendrán que esperar», explica.
Andreu asegura que tardarán un mes en reconstruir la nave y poder recobrar la «normalidad» en su empresa. «Frente a la nieve no podemos hacer nada, pero lo que sí podemos pedir es que no nos dejen tirados», afirma.

Decidió quedarse en su pueblo, Monforte de Moyuela, una localidad de la Comarca del Jiloca de 67 habitantes censados, y quiere seguir luchando por hacer prosperar a su pequeño pueblo a pesar de las adversidades. «Ahora mismo lo único que podemos pedir es una ayuda económica, y por otro lado que no se olviden de nosotros, que somos un pueblo pequeño, pero con mucha vida, y los que estamos aquí vivimos con ganas de estar en el pueblo», se sincera.