La producción será entre un 30% y un 40% inferior a lo habitual en el caso de las aceitunas
Las altas temperaturas han dado un respiro esta semana en la mayoría de municipios del Bajo Aragón Histórico. Este descenso térmico ha venido acompañado de precipitaciones que, en mayor o menor medida, han llegado a prácticamente todo el territorio. Aun así la lluvia, siempre bienvenida por los agricultores, se antoja insuficiente para revertir una situación de extrema sequía que asfixia los campos de secano.
Los cultivos que no cuentan con riego adicional están sufriendo la falta de agua, que afecta especialmente al almendro y al olivo. «La lluvia es un apoyo, desde luego, pero la situación que arrastramos no se soluciona con una tormenta de última hora. La sequía en esta zona ya no es cuestión de una temporada concreta o de un año, sino que es repetitiva campaña tras campaña», explica Alberto Balaguer, responsable de UAGA en el Bajo Aragón y el Bajo Aragón – Caspe, quien recuerda que la climatología ha ido mutando con el paso del tiempo.
«Llueve menos pero, cuando llueve, viene todo de golpe. A lo mejor pasas tres meses sin que caiga una gota y de repente llegan 50 litros», comenta, situación negativa dado que la tierra no tiene el tiempo suficiente para dosificar el agua caída.
«La sequía en esta zona ya no es cuestión de una temporada concreta o de un año, sino que es repetitiva campaña tras campaña» | Alberto Balaguer, responsable de UAGA en el Bajo Aragón y Bajo Aragón – Caspe
Especialmente pesimista se muestra respecto al almendro, que por sus características destina el agua que tenga a sus frutos y no se guarda nada para sí. «Yo no me atrevería a hacer una plantación de almendro en secano porque no sería capaz de sacarlo adelante, es inviable. Varios años seguidos de sequía directamente matan al árbol», lamenta.
«Yo no me atrevería a hacer una plantación de almendro en secano porque no sería capaz de sacarlo adelante, es inviable» | Alberto Balaguer
Respecto al olivo la situación no es mucho más halagüeña aunque lidia mejor con la falta de lluvias porque, en cuanto el árbol sufre estrés hídrico, deja caer la fruta y reserva el agua para nutrirse. Este año la sequía se está cebando especialmente con el territorio y desde UAGA se estima que la producción será entre un 30% y un 40% inferior a lo que se consideraría una campaña normal.
«No ha caído agua desde mayo. Un verano tan seco y con temperaturas tan altas como este no se recuerda y el olivo es lo que peor está», destaca Juan Carlos Brun, presidente de la cooperativa Nuestra Señora de los Pueyos de Alcañiz.
«No se recuerda un verano tan seco y con temperaturas tan altas como este» | Juan Carlos Brun, pte. coop. Ntra. Sra. Pueyos
Otro aspecto preocupante referente al olivar viene dado por los precios del aceite; la pasada campaña ya fueron bajos y ahora la situación tiene visos de repetirse. «El litro no ha subido de 2,5€ y eso a un rendimiento del 15% arroja unos 35 céntimos para el agricultor aproximadamente, lo cual no es mucho dinero», destaca Balaguer.
Otro cantar son las hectáreas de regadío, que se mantendrán estables y sin problemas dado que las precipitaciones son prácticamente indiferentes. De hecho, en el caso de la almendra la campaña ya ha comenzado en las variedades más tempranas y los rendimientos rondan la cifra habitual del 30%.