Juan de Valdés fue un escritor y humanista español del siglo XVI. Realizó estudios gramaticales sobre la lengua castellana según la regla del «escribo como hablo». Esto lo podemos ver detalladamente en su obra Diálogo de la lengua[1]. Cada vez somos más las personas de la zona oriental de Aragón las que, para escribir en aragonés (oriental), popular y tradicionalmente denominado chapurriau/chapurreat/chapurreau, nos regimos por el principio de ese lingüista, como lo denomina Juan Luis Monreal. Incluso algunos nos regimos por una ortografía común basada en la fonética. En este punto viene a colación recordar unas palabras de Miguel de Unamuno, quien afirmó que «Todo lo que se acercase, poco a poco, evolutivamente, a la ortografía fonética, es un progreso».

Esta cuestión no es ninguna novedad. El propio Pompeu Fabra (ingeniero químico), padre y responsable de la unificación y codificación lingüística y ortográfica del catalán, el 31 de marzo de 1892 escribió en el periódico L»Avenç «Que la misma ortografía para el catalán, el valenciano y el balear, resulta imposible, por ser contra natura». En el mismo artículo dijo que «nosotros los catalanes no desearíamos otra cosa, sino que los valencianos y baleáricos, emprendieran una fuerte depuración de nuestras respectivas lenguas y que nos aproximáramos a la lengua catalana».

Es muy interesante señalar aquí cómo el gran filólogo Hugo Ernst Mario Schuchardt negó que fuera posible una clasificación absolutamente científica de los dialectos neolatinos (Über die Klassifikation der romanischen Mundarten).

Existe documentación del siglo XII extraída del Fuero de Jaca que demuestra que en esa época en Jaca, Huesca y otras poblaciones aragonesas existía una modalidad lingüística muy similar a la que hoy seguimos conservando y hablando en la zona oriental. Julián Naval ha trabajado mucho este tema y muestra, a través del texto Omnes d»Osca (1196), cómo el rey Pedro II se dirigió a los ciudadanos de la ciudad de Huesca en la misma lengua que hoy encontramos en la zona oriental de Aragón. Por otro lado, el catedrático de Historia de la Universidad de Zaragoza, Antonio Beltrán, sentenció (con documentación escrita de 1372) que el aragonés de Pedro IV (S. XIV) es el que hoy en día se habla en la zona oriental de Aragón. Beltrán afirmaba que: «De suerte que en la zona oriental de Aragón hablan el aragonés de Pedro IV y es maravilloso que no lo hayan perdido cuando en el resto del reino, salvo en los valles pirenaicos, se perdió para dejar paso al castellano»[2].

Todos los hablantes tenemos derecho a usar nuestra lengua materna, por pequeña que esta sea, así como a denominarla. A este respecto, el lingüista Noam Chomsky, investido doctor honoris causa por multitud de Universidades entre las que se encuentran las de Lingüística de la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad de la Frontera de Chile o la Universidad de Tarragona afirma que «Ni políticos ni especialistas deben opinar en conflictos lingüísticos. Los científicos no tienen nada que decir sobre esto, tampoco los políticos pero sí el pueblo, que es el que usa el lenguaje».

Incluso la tan manida y manipulada por algunos sectores «Carta Europea de las Lenguas Minoritarias» de la UNESCO dice en su denominado «Párrafo 4: «Al definir su política con respecto a las lenguas regionales o minoritarias, las Partes se comprometen a tomar en consideración las necesidades y los deseos expresados por los grupos que empleen dichas lenguas. Se las invitará a crear, si fuera necesario, órganos encargados de asesorar a las autoridades acerca de todas las cuestiones que se refieran a las lenguas regionales o minoritarias». Es más, en su artículo 107. dice: «El Comité de Expertos no cuestiona el principio del autogobierno local, al que el Consejo de Europa concede gran importancia, y recuerda que éste reconoce plenamente el valor de la transferencia de las responsabilidades a las autoridades locales y regionales, que tiene la ventaja de asegurar que las políticas y medidas adoptadas para aplicar la Carta se determinan en colaboración con los hablantes de la lengua pertinente».

Finalmente déjenme que, desde estas líneas, rinda mi homenaje a todas aquellas personas que día a día hablan y/o escriben y hacen más grande nuestro querido chapurriau, nuestro querido aragonés oriental.

Héctor Castro – (Altorricó), filólogo y periodista


[1] Ver Valdés de, Juan, Diálogo de la lengua, Cátedra (Edición de Cristina Barbolani), 5.ª ed., Madrid, 1995; págs. 139 y 141.

[2] Ver Beltrán, Antonio, «Aragonés y catalán», en «Tierras y Gentes» del diario Heraldo de Aragón con fecha de 11 de diciembre de 2000.