Hace tanto tiempo que no tenemos unos presupuestos generales actualizados, que andamos estos días con enorme expectación a ver qué es lo que nos deparan los que quiere aprobar el gobierno. Llevamos tanto con los de Montoro que se hace imprescindible un proyecto nuevo que no sólo se adapte a la nueva realidad, sino que siente las bases de lo que debe ser la recuperación social y económica del Estado. Ya hace muchos años que dejé de tener fe en los Ministros de Hacienda, que están siempre más por las grandes cifras macro que por pisar el terreno de lo mundano.
La pregunta como siempre es el consabido «¿Qué hay de lo mío?». A ver por dónde sale Teruel, porque basta con darles un vistazo para tener la sensación de que no son lo suficientemente ambiciosos como para revertir la sangría demográfica y la situación crítica de muchos de nuestros municipios. No estamos para seguir esperando mucho más, no tenemos tiempo, porque como dice José Manuel Salvador «La deuda histórica que tiene el Estado con Teruel no queda resuelta en este borrador de presupuestos».

El caso es que acudiendo a lo menudo vemos algún que otro detalle, pero no esa apuesta decidida que suponga invertir definitivamente el rumbo de la llamada España Vaciada. Hay que dar un golpe sobre la mesa, porque bien poco sabemos de la «Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico». Garantizar como ciudadanos en igualdad de condiciones una cobertura de la máxima calidad en toda la provincia es lo prioritario; sólo en ese caso cobra sentido el teletrabajo; sólo así habrá quienes se planteen el retorno al pueblo, pero únicamente en el que caso en el que se pueda trabajar con plenas garantías. Y a partir de ahí esa necesaria inversión pública que solvente la deuda histórica adquirida después de tantos y tantos años de olvido; y dotarnos de medios, garantizar nuestra seguridad, apostar porque la recién aprobada «Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas» se acuerde de Teruel, una de las pocas provincias que no dispone de espacios naturales protegidos destacados, pero con un medio natural que presta unos servicios ecosistémicos esenciales para el conjunto de la sociedad. Y por supuesto una fiscalidad que nos tenga en cuenta, que ayude a los emprendedores, a los autónomos, a las familias, algo por lo que por vez primera no nos hagan sentir ciudadanos de segunda.

Y por favor, que no vengan los de siempre a criticar sin más; baste recordar lo que aparece para nuestra provincia en los últimos presupuestos, aún vigentes, del Señor Montoro, así que no hace falta engañar.

Ángel Hernández – Presidente de CHA en la comarca del Bajo Aragón