El País Semanal se hace eco de los desafíos que enfrenta Teruel en el reportaje ‘Teruel: la rebelión de la España vacía‘. El suplemento del diario nacional analiza la situación que atravesará la provincia con el cierre de la Central Térmica de Andorra en el 2020, ya que desaparecerá un negocio que genera el 9% del PIB, y la puesta en marcha de proyectos de energías renovables. También se detiene en la lacra de la despoblación, que azota con fuerza al territorio. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el año 2033 el conjunto de España ganará un 5% en habitantes, mientras que la provincia turolense los perderá en un 8,5%.
El reportaje también pone el foco sobre las reivindicaciones históricas de la provincia. El desarrollo del corredor ferroviario entre el Cantábrico y el Mediterráneo y la construcción de la autovía A-68 entre Castilla y León y la Comunidad Valenciana y de la autovía A-40, que debería conectar Cuenca, la comarca de las Cuencas Mineras y Tarragona. Y una mayor red sanitaria que evite desplazamientos a Zaragoza. Esta misma semana el Servicio Aragonés de Salud inició el expediente de resolución del contrato de obra para la construcción del nuevo Hospital de Alcañiz después de casi un año con los trabajos paralizados. Por su puesto, la noticia no pasa por alto el salto del movimiento ciudadano de Teruel Existe a la política para defender, precisamente, los intereses de los turolenses.
Frente a este panorama poco amable, El País cuenta la historia de varios vecinos del territorio que han sabido plantarle cara a la situación. Jaime Valero, por ejemplo, se ha puesto a estudiar el grado de formación profesional en Energías Renovables en el instituto Pablo Serrano de Andorra. Belén Soler regresó a Alloza porque quería fundar una familia en el campo y abrió una casa de turismo rural y un restaurante kilómetro cero, La Ojinegra. O, Raquel Sodric, que junto a su marido, Javier García, se mudaron a Castelserás en 2014 y crearon Dinamo, una consultoría de marketing digital.