El proceso de escolarización para el próximo curso avanza y alcanza el ecuador para Infantil, Primaria y Educación Especial. Este año en Aragón, entre los más pequeños según los datos del censo y el padrón, hay 9.095 niños de 3 años que serán inscritos en Infantil o en las escuelas infantiles, y muchas de las inscripciones serán en el medio rural. El plazo concluye el jueves aunque habrá que aguardar al inicio de las clases para ver si las previsiones de altas y bajas se cumplen.
La incertidumbre se da especialmente en los CRAs con aulas que se mantienen con un mínimo de tres estudiantes de las que en Aragón se calcula que hay más de medio centenar. La realidad socioeconómica marca estas cifras en ciudades como Caspe, donde las previsiones del próximo curso están marcadas por la previsible llegada de nuevos alumnos extranjeros fuera de plazo de familias que se desplazan a trabajar al campo. De hecho, en lo que va de campaña académica 2022-23 el Alejo Lorén Albareda ha matriculado ya a 56 nuevos. Es el centro de mayor capacidad en Caspe en Primaria y también en Infantil, ciclo para el que ayer había 30 solicitudes para entrar a 1º en septiembre.
El 17% de la población escolar aragonesa se encuentra en colegios de municipios de menos de 5.000 habitantes -incluye también CRAs- y a estas redes de escuelas rurales se destina más del 35% del presupuesto del departamento de Educación del Gobierno de Aragón que asciende a 1.196 millones. Es en el medio rural donde el 95% de los centros se han acogido al programa de Tiempos Escolares. Esto implica jornada lectiva continua además de un currículo basado en proyectos y no tanto en libros de texto.
Este cambio en horarios y metodologías aprobado por las comunidades educativas ya en 2017 en algunos casos, intensificó la reivindicación que ya existía y persiste de contar con personal estable que permita un desarrollo más eficaz de estos proyectos. Esta y otras necesidades las recoge el Observatorio de la Escuela Rural creado el 8 de mayo de 2018 y que indica un alto índice de profesorado interino. Desde el Ejecutivo autonómico se estableció un procedimiento para su estabilización a tres años «siempre que no hubiera una plaza creada y no estuviera cubierta por funcionario fijo». Recién iniciado el plan, en la actualidad hay 200 docentes que están en estabilización durante tres años. En el presente curso esta medida ha afectado a 50 centros rurales.
Estos datos los dio el consejero de Educación, Felipe Faci, en la última Comisión del área en las Cortes en la que compareció recientemente a petición propia. «Es una de las principales demandas y se ha dado un paso importante pero no es suficiente», reconoció. Entre otras cosas, desde la oposición se le recordó la necesidad de actualizar el catálogo de plazas de difícil cobertura, algo en lo que «se trabaja en la mesa sectorial».
«El modelo rural debe replicarse»
Para el consejero, el modelo de «escuelas graduales con estudiantes separados por edades y cursos con los mismos compañeros durante toda la vida escolar» está agotado. «Es un modelo que nació hace más de un siglo como una racionalización de recursos que debe romperse», añadió. Para Faci el modelo en el que fijarse «y que de hecho ya se replica también en el entorno urbano es el de la escuela rural», dijo, y recordó que el propio proyecto de Tiempos Escolares al que se acoge casi la totalidad de centros públicos rurales «favorece y facilita la conciliación familiar».
Respecto a la Formación Profesional destacó que se han implantado 70 ciclos nuevos desde la creación del Observatorio Rural en 2018, y que 14 de las 20 titulaciones se ofertan en zona rural en función de las necesidades de cada territorio.
Como vertebrador de un disperso medio rural destacó el papel de los Centros Rurales de Innovación Educativa (CRIET). Estos espacios de convivencia en las tres provincias cumplen 40 años y siguen siendo lugar de innovación por los que pasan cientos de niños cada curso. «En dinamización del mundo rural tenemos una figura que fue pionera desde Aragón y que funciona especialmente bien en la provincia de Teruel. En este curso pasarán 2.800 alumnos por estos centros», apuntó Faci. Tras un vacío debido a la pandemia, en septiembre se reanudaron las convivencias, que en Alcorisa se realizan en el albergue mientras el edificio original sigue en obras.
Millones de inversión
La intervención en el CRIET, que salió a licitación por 234.000 euros, es parte de las que hay en marcha en el territorio. Para Alcañiz, que también da cabida a estudiantes de todas las poblaciones (1.109 alumnos en el IES y 558 en el CPIFP el pasado curso) hay previstos casi 6 millones de euros. Se construirá un nuevo polideportivo del IES CPIFP Bajo Aragón con un presupuesto que asciende a 2,6 millones de euros. Se unen los 2,7 millones de euros de la primera fase del nuevo aulario del CPIFP o los 691.000 de la cubierta de la piscina municipal. Y aunque sin plazos ni cifras todavía, Educación añade la ampliación del colegio Juan Sobrarias, que incorporará los cuatro cursos de la ESO.
De forma paralela, para mejora de infraestructuras, el departamento cuenta con una inversión fija de 3 millones en convenio con las Diputaciones de Teruel (500.000 euros), Zaragoza y Huesca. Mientras, se ha comenzado a ejecutar el presupuesto de más de 28 millones de fondos europeos para salvar la brecha digital del alumnado.