La creación de un nuevo grupo de trabajo para el día 13 se ha dado a conocer en la Comisión especial de las Cortes
La quinta sesión de comparecencias de la Comisión especial de estudio para analizar la transición energética en Aragón y la continuidad de la Central Térmica de Andorra se ha celebrado en la mañana de este miércoles en las Cortes. Si en la última del jueves pasado se habló de las renovables y las arcillas como oportunidad de futuro, esta vez, la sesión ha servido para conocer las intenciones de la Comisión Europea y las vertientes sociolaboral y medioambiental que conllevan la transición energética anunciada en el futuro de Andorra.
Ferrán Tarradellas, portavoz de la Plataforma de Regiones Mineras en Transición de la Comisión Europea, ha presentado las grandes cifras de esta «revolución» del sector energético en la que se apuesta decididamente por las renovables, la eficiencia, la reducción del consumo y la generación cercana de la energía. Tarradellas, aun «consciente de la dificultad» que va a traer este cambio en zonas como la de las cuencas mineras, ha pedido verlo como una «oportunidad» y ha asegurado que el organismo europeo lo que pretende es «ayudar». El representante europeo ha asegurado que se prevé destinar para todas las zonas afectadas 379.000 mil millones de euros en inversiones anuales hasta 2030 y que esa sacudida del sector energético supondrá la creación de 900.000 puestos de trabajo nuevos.
Para apoyar ese cambio estructural, la Comisión ya se ha puesto a trabajar en la constitución de una plataforma multisectorial en la que se da cabida a reuniones de «equipos de país», mesas en las que habrá representantes de las administraciones, entre ellas del Gobierno de Aragón, sindicatos, direcciones generales del organismo europeo y que estará presidida por la jefa de gabinete del comisario de Energía, el español Miguel Arias Cañete.
En lo concerniente a Aragón, la reunión para analizar la situación en España está prevista para el próximo miércoles 13 de febrero. En esos encuentros se constituirán dos grupos de trabajo, uno que aborde la transformación económica y social de las zonas afectadas y otra que atienda a cuestiones de transición medioambiental.
Por su parte, Luis Clarimón, portavoz en Aragón de la Plataforma por un nuevo modelo energético, un colectivo que agrupa a cerca de 500 organizaciones, ha llamado a lograr una transición «justa» basada en «un amplio acuerdo y en el diálogo social» para apostar por «alternativas realistas» y la promoción de oportunidades que sirvan para crear puestos de trabajo y acaben con la «grave situación actual» que mantiene en la «incertidumbre» a cientos de trabajadores y sus familias en la provincia de Teruel. Clarimón ha considerado que para que esa transición sea verdaderamente justa, «debemos buscar nichos de empleo más femeninos para atender a las mujeres de la comarca» y garanticen un futuro en Andorra.
El representante de la plataforma también ha puesto su acento en el papel que juegan la «privatizada y descapitalizada» Endesa y su propietaria Enel, «de cuyo accionista mayoritario es el Estado italiano», a las que ha exigido que realicen inversiones para compensar los años de beneficios en Andorra. También ha sugerido al Gobierno que cree empresas públicas o que participe en privadas y ha reclamado formación para los trabajadores de la zona que presentan una baja cualificación.
Por último, la visión más centrada en el medio ambiente la ha aportado Tatiana Nuño, representante de Greenpeace, quien ha reclamado «claridad» a los representantes políticos para asumir el cambio de modelo energético. «Esto lo sabíamos todos hace muchos años, desde 2010 se conocían los nuevos límites contaminantes para 2020 y Endesa ya dejó claro que no haría las inversiones y desde 2013 las térmicas son una excepción normativa del Plan Nacional Transitorio», ha recordado. Frente a esa postura de resistencia en un sector carbonífero español que, según ha afirmado, mantiene a 6.700 trabajadores, Nuño ha puesto como contrapunto el caso de Alemania, donde el carbón mantiene a 35.600 personas y ya se ha fijado el cierre total de las centrales para 2022.
Para convencer de la necesidad de cambiar de fuente de energía, la representante de la organización ecologista ha esgrimido estudios científicos sobre el impacto contaminante del carbón, responsable del 45% de las emisiones de dióxido de carbono y de la mitad de las emisiones contaminantes del sistema eléctrico pese a representar únicamente el 17% del total.