Una residencia es el proyecto en el que se embarcará Samper de Calanda en los próximos años. El modelo que plantean es el de un edificio de una sola planta y que tenga cabida para un mínimo de 70 personas usuarias. Esto, calculan, precisará de al menos 20 puestos de trabajo.
En el Ayuntamiento de Samper prevén comenzar la redacción de un anteproyecto a mediados de enero que, además de la normativa, contemplará la compra de terrenos. «No disponemos de suelo municipal para edificar una residencia como la que barajamos», dijo el alcalde, Alfonso Pérez, en un programa especial en Radio La Comarca. «Es muy complejo y va a requerir de un trabajo constante pero en breve comenzaremos para tener el proyecto y el terreno en los dos próximos años y que la residencia pueda comenzar a construirse a partir de la próxima legislatura», añadió.
Entre los requisitos que quieren para el futuro servicio está la ausencia de barreras arquitectónicas, por lo que eliminar la presencia de escaleras y ascensores implica una planta baja. La previsión es que preste asistencia también a un porcentaje de usuarios dependientes.
Además de la atención a usuarios y de la creación de empleo, confían en que la entrada en funcionamiento de este servicio sea una especie de freno a la despoblación. «Si una persona puede estar en la residencia de su pueblo, la familia aunque no viva continuamente vendrá con más frecuencia a hacer las visitas y esas casas que a veces solo se llenan en Semana Santa y agosto, tendrán vida más tiempo durante el año, habrá más consumo en el pueblo y la zona y más alegría», deseó Pérez que calificó a la residencia de «proyecto estrella». «Pensamos que es un servicio demandado, creemos que a todo el mundo le gusta tener una residencia en su pueblo y no marcharse y ahora que tenemos posibilidad, nos vamos a centrar en el que será el proyecto estrella para los próximos años», añadió.
El impulso a la residencia y a otras iniciativas como la reforma de la piscina o de varias calles, llegan con los «fuertes ingresos» que han experimentado las arcas municipales con la puesta en marcha de las plantas fotovoltaicas. Son tres que funcionan desde hace un par de años y podría instalarse «alguna más». La instalación repercute en varios ciudadanos en concepto de alquiler de sus tierras y en los presupuestos municipales en pago de impuestos. «Si se instala alguna más nos permitirá contar con ingresos más potentes, por lo que se podrá pagar antes y amortizar otro tipo de obras que también son necesarias en el municipio y en las que seguiremos muy encima», concluyó.
Arranca la reforma del antiguo cine
Además de varias calles en las que se están renovando los saneamientos, una de las obras que hay en marcha en Samper es la reforma del antiguo cine en el edificio más conocido como Focar. Desde final de noviembre se está sometiendo a una renovación con 119.000 euros procedentes del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE).
El plazo de ejecución es de 45 días y se ha comenzado por la sustitución de la cubierta. Las fases de este proyecto continuarán por la reparación de una pasarela que hubo que derruir debido a la aluminosis, seguirá por la sala de cine dotada con 600 butacas y que se seguirá dedicando a proyecciones, se actuará en el bar-restaurante y en una sala en la que se ubicará un museo de la Semana Santa. Este edificio data de 1962 y pasó a titularidad municipal en 2014 cuando el Ayuntamiento lo adquirido al Arzobispado