La ermita del Calvario de Alcorisa ha sido el último objetivo de los vándalos, que tras unos meses de calma, han vuelto a actuar en el pueblo. No es la primera vez que el templo es asaltado y en esta ocasión el botín fue apenas 20 euros de la recaudación de las velas que se llevaron tras lograr acceder al interior. Para hacerse con él, y después de no haber tenido éxito al tratar de entrar por la puerta principal, no dudaron en subir a una de las ventanas ubicada a unos ocho metros de altura y retirar la verja quitando los tornillos. Antes, desconectaron las cámaras que el consistorio había instalado ante la oleada de robos anteriores con el fin de reforzar la seguridad.
La parroquia denunciará los hechos y mientras se encuentra una solución definitiva, la ermita del Calvario queda cerrada a toda actividad. «Esta vez no han hecho destrozos pero la gente ya está muy harta. No es el dinero, es la situación en sí y no han tenido en cuenta ni el peligro de subirse a ocho metros pero sí desconectar las cámaras», lamentó el concejal de Deportes, Carlos Yeguas. Unos días antes del asalto a la ermita que se produjo hace un par de semanas, desde el Club Deportivo Alcorisa se alertó al ayuntamiento de que alguien había intentado acceder al bar del campo de fútbol sin conseguirlo.
Queda pendiente el juicio contra cuatro personas resultado de las investigaciones anteriores tras las denuncias registradas por un asalto al polideportivo y a la piscina climatizada de donde se llevaron un ordenador portátil. En mayo, los vándalos fueron a más con el robo de un autobús.