La Asociación Nacional de Especialistas en Medicina Bovina de España (ANEMBE) manifestó en una jornada técnica celebrada este martes en Bescós de Garcipollera (Huesca) su preocupación por la «difícil lucha» contra el vector de la enfermedad hemorrágica epizoótica, que causa síntomas muy diversos en el ganado vacuno: cojeras, ulceras en mucosas, diarreas, abortos y malformaciones fetales o debilidad en los neonatos, entre otros. Por ello, los veterinarios abogaron por el desarrollo de una vacuna que permita inmunizar a los animales frente a los distintos serotipos circulantes del virus, de la cual no se dispone actualmente en Europa.
Más de 50 veterinarios y ganaderos se dieron cita en la Finca Experimental La Garcipollera para asistir a una jornada técnica sobre la EHE, que afecta especialmente al ganado vacuno y está sembrando una creciente preocupación en el sector por su incidencia y sus consecuencias. En el Maestrazgo turolense, el mosquito que transmite la enfermedad llegó hace casi tres meses y se han contabilizado ya más de 200 casos. Pese a que a la situación «se ha estabilizado» en términos generales, continúa el «goteo» de vacas enfermas, al menos, un par cada día, de acuerdo con el seguimiento realizado por la Oficina Comarcal Agroambiental (OCA) de Cantavieja.
La evolución de las vacas que han pasado la enfermedad es «lo que más preocupa» a los ganaderos, ya que desconocen si podrán volverse a quedar preñadas. «Es lamentable la situación. Los animales lo están pasando mal y no sabemos cómo les va a repercutir en el futuro. Hay mucha incertidumbre», explicó a La COMARCA María Dolores Cortés, veterinaria de la OCA. Desde este organismo, dependiente de la DGA, ya se ha comenzado un estudio, en varias explotaciones afectadas, que monitorea la actividad del ganado que ha contraído la enfermedad hemorrágica.
Pese a que el número de animales fallecidos en el Maestrazgo es mínimo (alrededor de una veintena), la cifra de vacas «improductivas» podría multiplicarse por diez. En términos económicos, la pérdida sería la misma. Tanto reemplazar una cabeza de ganado muerta como una que es infértil podría costar entre 1.200 y 1.800 euros.
Jornada técnica
La jornada celebrada este martes noviembre fue inaugurada por Fernando Carrera, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Huesca, e Isabel Casasús, responsable científica de la Finca Experimental. Tras la presentación, Javier Lucientes, catedrático de Parasitología de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza y miembro del IA2, presentó la charla ‘Aspectos de la ecobiología de los vectores de la Enfermedad Hemorrágica Epizooótica y su aplicación al control de la enfermedad’.
Posteriormente, hubo una mesa redonda con el medio centenar de participantes en la jornada, moderada por Javier Ferrer, técnico de investigación al frente de la Finca Experimental La Garcipollera. En ella se presentó la casuística en las diversas zonas del Pirineo, y se debatieron las consecuencias clínicas de la enfermedad y las afecciones a la producción del ganado, así como los posibles tratamientos sintomáticos y estrategias de control.
Dificultades para el control del contagio
La EHE es una enfermedad vírica infecciosa que afecta a rumiantes domésticos y salvajes y no se contagia a los humanos ni se transmite directamente entre animales infectados, sino exclusivamente a través de vectores (mosquitos del género Culicoides). Afecta principalmente a los ciervos y, en menor medida, a los animales domésticos. Recientemente se han observado cuadros virulentos y frecuentes en ganado vacuno, pero raramente cursa con clínica en ovino o caprino.
Detectada en el sur de España desde hace más de un año, desde final de verano de 2023 ha aumentado su incidencia en Aragón, como se ha comprobado al analizar las muestras de los primeros animales con sintomatología compatible. Desde entonces se han decretado medidas de regulación de los movimientos de animales entre zonas con distinta incidencia de la enfermedad, centradas en la lucha antivectorial con insecticidas y repelentes en animales, medios de transporte e instalaciones.
En su charla, Javier Lucientes, incidió en las dificultades para el control del contagio de esta enfermedad. En la actualidad este control se basa solo en proteger a los rumiantes de la picadura de mosquitos Culicoides infectados con el virus, pero estos mosquitos se encuentran adaptados a diversas condiciones climáticas (climas tanto cálidos como fríos), y tienen una alta persistencia en el medio.