Dos meses después de que el mosquito que transmite la enfermedad hemorrágica epizoótica llegara a la cabaña de ganado vacuno del Maestrazgo y tras más de 200 casos contabilizados, la situación «se ha estabilizado» en términos generales. En algunas explotaciones no se han vuelto a registrar contagios, y en las que sí son generalmente leves. Lo que no ha cambiado, sin embargo, es el «goteo» de vacas enfermas, al menos, un par cada día, de acuerdo con el seguimiento realizado por la Oficina Comarcal Agroambiental (OCA) de Cantavieja. Las muertes por EHE también se han frenado, aunque no detenido del todo: un toro semental de la granja de Aurelio Badal en Cañada de Benatanduz ha perecido esta última semana. Con este animal, son 21 los fallecidos según el registro del departamento de Agricultura y Ganadería del Gobierno de Aragón.
La evolución de las vacas que han pasado la enfermedad es «lo que más preocupa» a los ganaderos, ya que desconocen si podrán volverse a quedar preñadas. «Es lamentable la situación. Los animales lo están pasando mal y no sabemos cómo les va a repercutir en el futuro. Hay mucha incertidumbre», explica María Dolores Cortés, veterinaria de la OCA. Desde este organismo, dependiente de la DGA, ya se ha comenzado un estudio, en varias explotaciones afectadas, que monitorea la actividad del ganado que ha contraído la enfermedad hemorrágica.
Pese a que el número de animales fallecidos es mínimo (21), la cifra de vacas «improductivas» podría multiplicarse por diez. En términos económicos, la pérdida sería la misma. Tanto reemplazar una cabeza de ganado muerta como una que es infértil puede costar entre 1.200 y 1.800 euros. Por otro lado, los abortos de nodrizas enfermas o terneros que perecen a las pocas horas de nacer, dejan al ganadero sin percibir más de 600 euros por su venta. En cuanto a los toros sementales, una sustitución supone alrededor de 2.400 euros. En el caso de Aurelio Badal, que ha perdido dos vacas, un toro y cuatro terneros, el perjuicio económico alcanza los 8.400 euros sin contar el gasto en medicamentos y desinsectante.
«Las pérdidas han sido grandes y no culminarán hasta el año que viene, cuando veamos si las vacas infectadas han resistido y si los toros siguen siendo fértiles», señala la presidenta de la ADS de Vacuno de Cantavieja, Rocío Sorribas. Por eso, los ganaderos -ante un escenario incierto- piden a la administración que se habiliten ayudas por cabeza de ganado. «Queremos reunirnos en los próximos días con el consejero de Agricultura, Ángel Samper, y con el presidente de la Diputación de Teruel, Joaquín Juste, para transmitirles nuestra preocupación», adelanta Sorribas.
Por su parte, el consejero Ángel Samper aseguró hace un par de semanas en las Cortes que desde su departamento ya se había pedido una «reunión urgente» con el Ministerio para abordar la crisis sanitaria que afecta a las ganaderías del Maestrazgo y Sobrarbe y que se solicitarían ayudas directas.
3.780 euros de subvención en desinsectante
Por el momento, los ganaderos afectados sólo han recibido ayudas para costear el desinsectante, medida preventiva que se aplica a todo el ganado, frente a los antibióticos y antiinflamatorios que se suministra sólo al enfermo. DGA ha subvencionado el 50% del precio del producto. En total, para tratar a toda la cabaña de vacuno se han adquirido 180 litros de desinsectante con un coste total de 7.560 euros (cada litro cuesta 42 euros). Por lo tanto, desde el Ejecutivo aragonés se han abonado 3.780 euros.
«A mí me han tocado 40 euros de subvención. Es una tomadura de pelo«, expresa Aurelio Badal, quien tiene 130 cabezas de ganado. Asimismo, pone en duda que la medida sea «efectiva»: «A quienes tengan a sus animales en un establo o de manera semiestabulada les podrá funcionar, pero a mí, que los tengo en extensión en el monte, no».
En cuanto al uso del desinsectante, la veterinaria María Dolores Cortés detalla que con cada litro pueden desparasitar hasta cinco veces unos 40 animales. La disolución es de 10 mililitros en un litro de agua. Mientras que este proceso se lleva realizando de forma continuada (unas tres veces al mes), los medicamentos sólo se están dando en estos momentos a los contagios graves.
Casos más leves y menos antibióticos
Respecto a por qué los casos de EHE son más leves ahora, Cortés apunta a causas como la desinsectación de los animales, el clima más favorable (hace menos calor) y la sensibilización de los ganaderos con la enfermedad que permite detectar los casos a tiempo.
En la explotación de Rocío Sorribas en Cantavieja, que llegó a tener contagiadas 6 vacas de 80 hace un mes, no se han vuelto a registrar contagios. Por su parte, Juan Pablo Gargallo -que tuvo 12 enfermas de 100 en su granja de Cantavieja- sí que ha detectado animales con síntomas en este tiempo, pero «no tan fuertes como al principio», y no ha lamentado la pérdida de ninguna vaca. En el caso de Ángeles Julián, los contagios han continuado aunque también de forma leve. «No se apuran tanto como al principio. Antes podían dejar de comer durante tres días enteros, ahora aunque sea poco, comen. Además, sólo pinchamos a las que están graves», detalla Julián respecto a su granja de Cantavieja. En estos dos meses, de 45 vacas nodrizas se han contagiado 19, además de dos toros, y han muerto 4 terneros.
Por su parte, Aurelio Badal, en Cañada de Benatanduz, ha devuelto al monte 15 vacas recuperadas, y ha llevado a la enfermería a otras 15 (de un total de 130). «Los síntomas eran mas suaves, a algunas sólo se les inflamaba la lengua, pero en los últimos días está siendo más intenso«, dice. De hecho, su toro ha muerto esta misma semana. Badal agradece tanto a la ADS de Vacuno de Cantavieja, como a la OCA de Cantavieja y a la veterinaria María Dolores Cortés el «esfuerzo» que están realizando de forma conjunta para tratar de paliar la expansión de la EHE.