Gracias al estruendo y al ruido metálico, los más pequeños de La Fresneda pudieron disfrutar de la compañía de los Reyes Magos y de sus regalos antes que el resto. Decenas de niños y niñas, acompañados de sus familias, sacaron sus ‘calderons’ en la mañana del jueves 5 de enero para provocar un sonido ensordecedor y llamar, de este modo, la atención de Melchor, Gaspar y Baltasar. El objetivo, logrado con éxito, era que el ruido metálico tomase las calles de la localidad para que Sus Majestades no pasasen de largo por la carretera A-231 tras su llegada de Oriente y entrasen en la localidad.
Las familias se dieron cita a las 11.00 en torno al árbol de Navidad, instalado en la plaza Mayor de La Fresneda. Los más pequeños acudieron portando latas, ollas, cacharros y todo tipo de objetos metálicos en desuso como orinales. Todos juntos dieron varias vueltas al árbol para después llevar sus ‘calderons’ por buena parte de las calles del entramado urbano. Se trata de una tradición cuyo origen se desconoce, pero que se lleva a cabo en la localidad desde hace décadas.