El pantano de Oliete ha pasado de rozar la sequía a estar al 98% de llenado
Casi al cien por cien de capacidad se encuentra el pantano de Cueva Foradada por lo que, desde hace unos días, se están llevando a cabo maniobras de desembalsado.
Las lluvias de los últimos meses han dejado el pantano con un caudal nada habitual, alcanzando cotas hasta del 98,37% y es necesario establecer un volumen de resguardo, es decir, un margen de vaciado suficiente para que el pantano pueda albergar las aportaciones que puedan llegar. Desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) aseguraron que «se trata de una maniobra de explotación normal que se realiza en previsión de las próximas precipitaciones previstas».
Estiman que en la zona existe un mayor riesgo de crecida por lluvias en marzo por lo que, de cara a la próxima campaña de riego, se irán realizando desembalses progresivos hasta dejarlo al 90%.
Ni los niveles ni la imagen que presenta el pantano son usuales. En los últimos días el pantano ha sido destino de excursiones para vecinos de muchas poblaciones a las que da servicio que han querido ver en primera persona el aspecto de una infraestructura que en verano sufrió los efectos de la sequía.
De hecho, se llegó a restringir el riego en todas las poblaciones a las que abastece desde Oliete hasta La Puebla de Híjar pasando por Ariño, Albalate, Urrea, Híjar, Samper, Castelnou y Escatrón.
Turbidez del agua
La crecida repentina de los ríos en octubre provocó una turbidez del agua de boca que dejó sin suministro a los vecinos durante varios días. «Llegó todo el barro de golpe y durante tiempo. Nunca había pasado algo así y desde que se restablecieron los niveles aptos para el consumo no ha vuelto a haber problemas», dijo el presidente de la Comarca del Bajo Martín y alcalde de Albalate, Antonio del Río. En localidades como Albalate el riego está suspendido hasta nueva orden por los trabajos de desembalsado.