Sigue avanzando en el mayor parque solar de Europa (800 millones más), plantea proyectos «participativos» (sin cifras) y cumple con las recolocaciones. No aporta las esperadas inversiones aunque es «flexible»
Ya es definitivo. Endesa ha presentado la solicitud formal de cierre de la central térmica de Andorra. A la vez la eléctrica ha dado a conocer el obligatorio Plan de Futuro y acompañamiento destinado a compensar los efectos del cierre a través de diversas medidas concretas que,según la eléctrica, «promoverán el desarrollo de actividades económicas y generación de empleo». No obstante, el documento no avanza novedades respecto a lo que ya se informó a los trabajadores y a la DGA, y que se ha considerado muy insuficiente. Sin embargo, la compañía ha subrayado que este plan se hallará permanentemente abierto a incluir de manera flexible nuevas iniciativas «viables» que se puedan proponer en adelante para conseguir esos mismos objetivos, en línea con lo que expuso en la reunión mantenida la semana pasada en Zaragoza con representantes del Gobierno de Aragón, de los municipios de Andorra y Ariño, y de los sindicatos UGT y CC.OO. En este sentido, la compañía destaca en su comunicado haber recibido «recientemente» por parte del Gobierno de Aragón una «serie de propuestas» y se ha comprometido a estudiar y valorar cuidadosamente.
Plan de Futuro incluye, como ya se anunció al comité de empresa, el respeto de los puestos de trabajo de los 153 empleados de la central, así como dar total prioridad a la contratación de trabajadores de las actuales empresas auxiliares para el desarrollo de las actividades de cierre y desmantelamiento de la planta, que se prolongarán durante un periodo aproximado de entre 4 y 6 años, y que generarán alrededor de 130 empleos, con puntas de hasta 200.
A los empleados de la central se les ofrecerán recolocaciones, de manera personalizada, en distintos puestos de trabajo de la compañía según sus funciones, siempre teniendo en cuenta la proximidad geográfica a su actual entorno laboral, y se considerarán asimismo las
posibilidades derivadas de los trabajos de cierre y desmantelamiento.
2.000 empleos para el mayor parque solar de Europa
El plan contempla asimismo la realización de inversiones para la construcción de nuevas instalaciones energéticas en la zona de la central. En concreto, la compañía se propone desarrollar nuevos proyectos fotovoltaicos, que suman 1.000 MW de capacidad (lo que vendría a sustituir la potencia actual de la Central), en los términos municipales de Andorra, Alcorisa, Alcañiz, Ariño, Calanda e Híjar, con una inversión situada en el entorno de los 800 millones de euros. La realización de estas instalaciones generará 2.000 empleos en la etapa de construcción y 60 empleos durante más de 25 años en las actividades de operación y mantenimiento de las instalaciones. Ocupará entre 2.000 y 2.500 hectáreas de terreno, constituyéndose en el mayor proyecto de estas características en Europa. Hasta ahora, el de mayor tamaño se situaba en la zona de Chiprana y Escatrón (240 MW), ahora mismo en construcción.
Asimismo, Endesa afirma que proporcionará «importantes recursos» a los municipios mencionados a través de los impuestos y tasas correspondientes, así como elevados ingresos en concepto de alquileres a los propietarios de los terrenos en los que se ubiquen esas instalaciones. Estos proyectos de energías renovables son adicionales a los que la empresa ya tenía previsto realizar en Aragón. Concretamente, Endesa dispone de trece autorizaciones para desarrollar proyectos eólicos en la región que se adjudicó en la subasta de energías renovables organizada por el Gobierno en 2017. Estos proyectos suponen una potencia total conjunta de 369 MW y ya están en fase de construcción. Además, la empresa cuenta con otros proyectos eólicos en estudio, al margen de la potencia adjudicada en la subasta, que suponen otros 144 MW adicionales. El conjunto de estos 513 MW dará lugar a la inversión de unos 500 millones de euros.
Así pues, los proyectos solares y eólicos que Endesa se propone llevar a cabo en Aragón
suman en conjunto más de 1.500 MW de nueva potencia y una inversión de unos 1.300
millones de euros. En este sentido, cabe recordar que el propio presidente de Aragón, Javier Lambán, fue muy crítico con Endesa insistiendo en que las renovables no son una opción porque existen empresas regionales que también trabajan en esta línea y no puede considerarse una medida paliativa, sino una inversión al margen del cierre de la central. De hecho, otras empresas están realizando importantes inversiones en fotovoltaica ya en la zona.
Un programa participativo de inversiones
Por otro lado, la compañía, dentro de este plan, impulsará un programa a fin de que empresas, instituciones y otros agentes públicos y privados puedan presentar alternativas viables, a través de un proceso participativo, transparente y abierto, para buscar proyectos de inversión y creación de empleo en el propio emplazamiento de la central o en sus zonas aledañas. En este programa, que se desarrollará con una alta implicación de los agentes regionales y locales, cualquier interesado podrá presentar un proyecto de reconversión. La evaluación de los proyectos será responsabilidad de un comité independiente que incluirá asimismo una relevante representación de los agentes regionales y locales. No obstante, la eléctrica no adjudica partida presupuestaria para esta iniciativa.
La central de Andorra se encuentra acogida en la actualidad al Plan Nacional Transitorio, al
haber renunciado en septiembre de 2015 al mecanismo de Exención por Vida Útil Limitado, por lo que puede producir más allá de las 17.500 horas a las que la limitaba ese mecanismo dentro de los límites medioambientales establecidos. Así pues, seguirá operativa hasta la finalización del Plan Nacional Transitorio, momento en el que estará obligada a dejar de producir. Hasta entonces, la central irá dando salida progresivamente al carbón que tiene almacenado, así como a las posibles toneladas adicionales que pudiera ir precisando en el futuro en función de las horas de funcionamiento que le permita la evolución del mercado de generación. Endesa no plantea en su comunicado la posiblidad de mantener la central abierta parcialmente, tal y como se le instó desde DGA. Esta opción tampoco fue descartada el lunes en Zaragoza por la Ministra de Transición Ecológica, en cuyas manos está ahora aceptar o no esta solicitud de cierre en base a lo que ella misma consideró un plan de transición «justo» pero cuyos términos no ha aclarado todavía.
Antes de presentar la solicitud de cierre, la compañía ha informado de ello a los representantes del Ministerio, así como a las autoridades de la Comunidad Autónoma de Aragón y del municipio de Andorra, en el que se halla ubicada la instalación.
De esta forma, la compañía confirma que, como ha transmitido en varias ocasiones a las autoridades institucionales y agentes sociales con los que ha mantenido contactos al respecto a lo largo de los últimos meses, en las actuales circunstancias regulatorias y de mercado es imposible abordar las inversiones necesarias para que la central cumpla con los nuevos límites de emisiones establecidos por la Unión Europea que entrarán en vigor el 30 de junio de 2020.
Respecto al cierre de la Central, Endesa recuerda que la nueva Directiva comunitaria de Emisiones Industriales (DEI), que será de aplicación para la central de Andorra el 30 de junio de 2020 una vez finalizado el Plan Nacional Transitorio, establece límites más exigentes a las emisiones contaminantes. La adaptación de la central de Andorra a esta normativa le obligaría a realizar elevadas inversiones cuya recuperación es imposible en las condiciones regulatorias y de mercado tanto actuales como previsibles. Más imposible aún sería la recuperación de las inversiones necesarias para cumplir con los límites BREF, que son todavía más exigentes que los de esa Directiva y que serán de obligada aplicación a partir de agosto de 2021.
En definitiva, consideran, la evolución de los precios energéticos, el menor margen que el mercado de generación deja libre para que las centrales de carbón nacional puedan funcionar un número suficiente de horas, el cumplimiento del Plan para que se produzca el cierre ordenado de las minas de carbón en 2018, las nulas perspectivas de que se produzcan novedades regulatorias que aseguren la suficiente recuperación de las nuevas inversiones y la necesidad de sustituir progresivamente centrales térmicas por tecnologías libres de emisiones, a fin de cumplir los compromisos adquiridos en la Cumbre de París COP 21, suman un conjunto muy amplio y relevante de factores que hacen imposible afrontar esas inversiones.
Esta decisión, que la empresa ya había anticipado asimismo en el marco de la reciente
actualización de su Plan Estratégico, está en línea con los objetivos de la política energética
nacional avanzados por el Ministerio para la Transición Ecológica para conseguir un sistema
energético totalmente descarbonizado en el año 2050, compromiso que es compartido por
todos los países que han firmado los acuerdos de la Cumbre de París COP21.