Testigos mudos del paso de los siglos y auténticos monumentos vivos. Los olivares del territorio cuentan con centenares de ejemplares de olivo que atesoran siglos e incluso milenios de historia. Pese a su gran valor natural e incluso científico su supervivencia está más que amenazada por la falta de ciudades y por la mecanización e industrialización de los procesos de obtención del aceite de oliva.
Por todo ello Calaceite acogió el viernes la presentación del proyecto Oliveras Centenarias y Singulares: Patrimonio único del paisaje del Bajo Aragón y Matarraña. El acto de presentación contó con la presencia de más de 70 personas, tuvo lugar en el teatro de la Germandat y corrió a cargo del coordinador de este proyecto, Fernando Zorrilla y del gerente del grupo de acción local Omezyma. Se trata de un proyecto que pretende catalogar y poner en valor todos los olivos singulares, bien por su avanzada edad o por sus dimensiones. Todo ello será posible bajo el paraguas del programa Leader y del grupo de acción local estará coordinado por la comarca del Matarraña, conjúntamente con la institución comarcal bajoaragonesa.
Una de las principales amenazan que ponen en serio riesgo la continuidad de estos monumentos naturales es la mecanización de los procesos de recolección de la oliva. Las plantaciones llevadas a cabo en las últimas décadas están ya podadas y diseñadas para ser sometidas a las actuales técnicas con las máquinas vibradoras y paraguas.No así los antiguos olivos que sufren cuando son sometidos a estos procesos y por ello muchos agricultores han optado por arrancarlos ante la falta de rendimiento. Por ello uno de los principales objetivos de este proyecto es fomentar la explotación de estos olivos mediante procesos artesanos y respetuosos con el ejemplar y que además repercutan positivamente en el propietario del árbol.
La presentación de este ambicioso proyecto se produjo pocas horas después de una visita guiada por distintos olivares del término municipal de Calaceite que todavía conservan varios olivos centenarios. La intensa lluvia caída días antes hizo peligrar el programa de actividades, aunque finalmente se pudo llevar a cabo la actividad que contó además con la asistencia de más de 40 personas. «Queremos que la gente conozca el enorme potencial existente y por otro lado pensamos que es imprescindible que los propietarios y agricultores de estas oliveras puedan realizar un aprovechamiento sostenible y rentable», explicó el coordinador del proyecto Fernando Zorrilla.
Aragonés dice
Tontadas. Y la cooperativa tripa arriba.