La histórica empresa textil vilafranquina continúa en la cuerda floja a la espera de un inversor que pueda revertir la situación económica. Con el tiempo cada vez más agotado, la firma ha prorrogado el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que solicitó en junio y terminaba el 30 de septiembre. Además, se ha abogado al concurso de acreedores voluntario que permitirá hacer frente a una deuda que asciende a 21 millones de euros.
«El ERTE estaba asumido que se renovaría, pero no lo podemos tomar como una buena noticia cuando vemos que gente joven ya se está yendo del pueblo«, confiesa Candi Andrés, miembro del comité de empresa, teniente de alcalde en Vilafranca y uno de los trabajadores que se ha acogido al ERTE.
De los 280 trabajadores con los que contaba, el actual ERTE afecta a 72 trabajadores de la planta de Vilafranca y 33 en oficinas de Castellón y otros puntos. Los propietarios de la compañía, la firma B2Tex, ha prorrogado el expediente tres meses más. Hasta entonces, apenas hay actividad y únicamente continúa una plantilla mínima de menos de 10 trabajadores; vigilantes de seguridad y dos operarios en almacén, quienes ultiman los pedidos que no se habían entregado.
190 trabajadores fueron despedidos, recibiendo una indemnización de 23 días por año trabajado con un límite máximo de 13 mensualidades gracias a un acuerdo entre los sindicatos y la patronal. Sin embargo, el cobro no será efectivo hasta que el Fondo de Garantía Salarial aporte la financiación necesaria, un plazo que los trabajadores desconocen, aunque estiman que sea de medio año o más.

300 familias afectadas de cuatro comarcas
La planta ha sido durante años el principal motor económico de la localidad, suponiendo un importante revulsivo económico en toda la comarca de Els Ports y la vecina Comarca del Maestrazgo. Una zona especialmente sensible a la sangría demográfica, escasamente industrializada y con pocas grandes empresas. Contaba con 30 trabajadores de La Iglesuela del Cid, lo que supone el 30% de la población activa. También de Cantavieja, localidades de Gúdar-Javalambre o el Maestrat. Sin embargo, la reducción del uso de esa prenda, el aumento de costes de la materia prima y los suministros están detrás de la situación financiera de la empresa, la que se arrastra desde hace años.
«Nuestras comarcas se están quedando despobladas, si la administración no hace nada estamos abocados al abandono»
Candi Andrés, trabajador de la planta en ERTE
Por todo ello, las cuatro comarcas se reunieron en junio para crear La Taula de Vilafranca y exigir a las administraciones competentes un plan de reindustrialización y con ello un futuro de calidad con empleo. Se demanda a la Diputación de Teruel y Castellón, Gobierno de Aragón, Generalitat Valenciana, Gobierno de España e incluso a la unión europea una mejora de las infraestructuras, el fomento del empleo o incentivos para atraer empresas, para ello el Ayuntamiento vilafranquí continúa con reuniones. «Nuestras comarcas se están quedando despobladas, si la administración no hace nada estamos abocados al abandono», señala Andrés.
El mismo día, una multitudinaria manifestación concentró a más de dos mil personas unidas a una por la pervivencia y el futuro de Marie Claire y el porvenir de más de 300 familias afectadas. «Per un pla industrial» o «Marie Claire no es tanca» se leía en las pancartas, un mensaje que continúa muy vivo. «Hay muchas personas que se han quedado en la calle, además es gente veterana. Tienen muy pocas alternativas laborales, se están marchando del pueblo porque estamos abandonados, es duro», explica Candi Andrés.
