Con la campaña del melocotón iniciada, en la DO Melocotón de Calanda saben que será mejor que la pasada, que «fue un desastre», aunque no quitan la vista de las nubes. «Bastante mejor será porque veníamos de una helada y este año esperamos superarla con creces pero vamos a ser cautos», dice Samuel Sancho, el presidente del CRDO.
La superficie que abarca la DO es muy amplia y este año hubo pedrisco en algunas como Albalate, Valmuel y Puigmoreno. A falta de ir viendo cómo pueden repercutir estas incidencias, calculan que, respecto a una campaña normal «podremos estar hablando de que recogeremos un 80% aproximadamente del global de todo el Bajo Aragón», dice.
El año pasado ya se incorporaron tres nuevas variedades con el fin de que alargar más la campaña y tener presencia en el mercado más tiempo y no sólo en octubre. «Ahora se alarga 20 días desde finales de agosto hasta primeros de noviembre y de esta manera, el agricultor puede tener más parcela de DO y más tiempo», reflexiona.
Productores como La Calandina, donde quedan por recoger 700.000 kilos de las variedades típicas locales, tampoco quitan la vista del cielo. «Tenemos producto de muy buena calidad, y los mercados están un poco atascados aunque esperemos terminar bien. Estamos contentos si acaba bien, porque cada vez que llueve el fruto se mancha, se estropea y hay que tirar para zumo», dice el gerente, Antonio Cerdán. «Cada vez que llueve es un 20% más para tirar a zumo, que es una barbaridad», apunta.
La problemática que no se sacan de encima es la falta de mano de obra. Las campañas salen y en los almacenes se trabaja, pero «se llega muy justo», dice Sancho. En invierno se tratará de poner solución entre el sector y las administraciones. «En la feria en Madrid pude hablar con el consejero y nos emplazamos a vernos en invierno», añade.
Esta carencia hace que se haya embolsado todo pero las últimas variedades más tardías, en vez de haber terminado a mediados de agosto, se han alargado hasta comienzos de septiembre.
El calor adelanta la vendimia, aunque no afecta a la calidad
Por su parte, las altas temperaturas y la falta de lluvias adelantaron la vendimia en unos casos, y el pedrisco afectó en otros. En el caso de Guallart en Alcañiz, la vendimia empezó a mediados de agosto con el tempranillo y acabó en septiembre con la garnacha. Ahora, los caldos están en fermentación hasta inicios de año.
«El daño nos lo hizo el pedrisco de primeros de julio, nos afectó más de lo que pensábamos y nos causó un 40% de merma», dice su responsable, Ignacio Guallart, que se remonta a 2021 como «año extraordinario».
En el Matarraña este ha sido un atípico debido al calor de verano que, por un lado ha hecho que madurara más tempranamente el fruto, y por otra parte, que a finales de agosto empezara a deshidratar la uva. Esto hizo adelantar entre 15 y 20 días la fecha de recolección y vendimiar a principios de septiembre. Así lo explica Carlos Albesa, la cuarta generación de Bodegas Crial. «Eso nos ha supuesto más inversión para refrescar el fruto y poder elaborarlo con normalidad», dice. En cuanto a volumen, este se «ha reducido muchísimo» pero por contra la calidad «ha sido muy buena». De hecho, «hay tintos que han salido más estructurados y con mejor sabor que otras añadas. Tendremos una muy cosecha», dice.
En Maella, la sequía afectó al crecimiento de sarmientos y al rendimiento. «La lluvia nos cayó en plena vendimia y los granos se han quedado muy pequeños», dice Dani Aguilera, de Vinos Danica, que no duda de que la calidad «será muy buena».
Lo que todos pensábamos. No dejan llover para que no se estropee el fruto. Demencial. Pues nada, poner más cañones anti lluvia por todo el territorio, que la administración parece que mira para otro lado. Ladrones, nos quitáis el agua al resto.
La administracion no mira para otro lado, si no estoy mal informado creo que incluso se dan ayudas para la colocacion de esos aparatos antilluvia
la campaña finaliza este próximo viernes y os a ido de p madre.No llores más…que habéis vendido más que ningún año.