Esta Semana Santa no repetiremos la estampa habitual de los reencuentros con los amigos y vecinos que sólo vemos de año en año. No admiraremos el colorido procesional de nuestras Cofradías ni la belleza de nuestros pasos engalanados.No habrá besos ni abrazos. Pero podemos aprovechar este año que la vida nos permite vivir de un modo diferente para reencontrarnos con nosotros mismos y descubrir lo que de verdad importa.
La Semana Santa de este año va a estar marcada por la responsabilidad que todos debemos mostrar para contener la propagación de esta pandemia, por la obligación moral que nos indica que debemos quedarnos en casa, protegiéndonos y protegiendo a los demás del contagio.

Son muchas las personas que han fallecido por este virus o que día tras día intentan ganarle la batalla. Muchas las personas que, como el Nazareno o la Virgen Dolorosa, caminan hoy con su cruz a cuestas o los siete puñales clavados en su corazón. Por ello,los redobles de este año serán como un abrazo fraterno a todas esas familias que sufren la enfermedad o el dolor de haber perdido a un ser querido.Serán también, nuestro reconocimiento a todos esos profesionales que se están dejando la vida por protegernos a todos.

Los tambores del Bajo Aragón son un ejemplo de libertad, aunque nosotros nos quedemos en casa, el sonido viajará libre porque no hay barrera que pueda confinar un sentimiento tan hondo, un rasgo de identidad tan característico, una manifestación popular de nuestro sentir religioso y cultural tan arraigada en nuestra propia esencia.

Este año no podremos celebrar la Semana Santa en la iglesia, tampoco en las plazas ni en los bares, pero sí en nuestras casas, desde nuestros balcones y redes sociales. Por ello os animo a participar en las iniciativas que os hemos anunciado para unirnos en un mismo sentimiento. Tanto el Ayuntamiento como la Junta de Cofradías y Semana Santa, la Parroquia de Albalate o algunos vecinos particulares han hecho propuestas para vivir unidos y celebrar de forma simbólica nuestra querida Semana Santa. Algunas de estas ideas que se han lanzado han sido compartir imágenes recordando Semana Santa pasadas, recordar el inicio de las procesiones de la Entrada de Jesús en Jerusalén y el Santo Entierro con las cornetas de los alabarderos por megafonía o adornar los balcones desde los cuales suenan tambores.

Este año cualquier punto del mundo puede ser la plaza de la Iglesia de Albalate. Todo albalatino pudo asomarse ayer a su ventana o balcón desde allá donde estuviese, levantar su mirada hacia la luna llena cuando el reloj marcó las doce y explotar en un mismo sentir de unidad.

Cambiamos la plaza por el balcón, quizá el tambor por una caja de latón, pero jamás cambiaremos ese sentimiento que nos toca el alma. No necesitamos nada más para que nuestros corazones latan en uno solo. Este año, Albalate, late en tu balcón.

Isabel Arnas – Alcaldesa de Albalate del Arzobispo