Una vez más como si de los Reyes Magos se tratase, la ilusión inunda los hogares del Bajo Aragón. Una o varias empresas se van a ubicar en la zona. Dios me libre de ser agorero pero a veces, y con cierta edad, las promesas aunque vengan en papel de regalo, me deparan cierta incredulidad.

Han sido ya muchas veces, donde las promesas, de empresas de muchos trabajadores nos visitan con cierta proximidad a unos comicios electorales. Empresas que por infinidad de motivos, luego pasan a ser triste decorado en un polígono, donde a veces no llegan ni a empezar su actividad empresarial.

También me preocupa que se monten empresas de productos, donde la materia prima no se tenga en la zona, y como ejemplo claro tenemos una arcilla que se nos va a Castellón. Por lo que la primera premisa sería aprovechar los recursos endógenos que tenemos en la zona.

Es cierto que la alegría es grande, pues ya va siendo hora de que nuestros vecinos de Andorra y Comarca tengan alguna noticia ilusionante, más si cabe después de los varapalos del partido socialista, con su ministra a la cabeza, hacia la villa minera.

Cabe recordar no sé cuántos proyectos nos vendieron en las elecciones pasadas, y la realidad es que hasta ahora vemos que todo fue humo de la peor calidad.

Espero que sea una realidad, y no pase a ser otra cementera, por ser la más flagrante, o una de tantas que se construyeron a la sombra del Miner ( que según el Tribunal de Cuentas ha sido un fiasco) y después no funcionaron.

Que la ilusión se convierta en realidad, y cantos de sirenas sean cosas del pasado.

José Miguel Celma – PP Torrecilla de Alcañiz