Nos encontramos en momentos hiperelectorales, que no benefician la visión positiva de los ciudadanos hacia la política. Necesitamos comenzar un ciclo productivo, sin constantes procesos electorales. Esta sucesión de elecciones resta gran cantidad de energía a nuestros políticos y por tanto a las instituciones que gobiernan y deciden. Necesitamos gobiernos que comiencen a solucionar problemas a todos los niveles, gobiernos que puedan mirar a un horizonte de 3-4 años y poder hacer gestión en el medio plazo, porque todo lo demás no beneficia el progreso.

En un mes se han producido los comicios generales, senado, europeas, autonómicas y locales, además recalcando que con el voto local, se decide de manera indirecta las comarcas y diputaciones provinciales. La carrera por la Moncloa debe concretarse, porque se está demostrando que de ella penden todas las demás instituciones. Esta vez además, los acuerdos se deciden mas que nunca, desde la lejanía. Nos podrá gustar mas o menos, pero lo importante es que se aclaren las instituciones y que sea para el mayor tiempo posible.

Cantidad de expedientes o subvenciones están a la espera de dar salida, la ejecución de partidas presupuestarias va a ser escasa por cuestión de tiempo, afectando a ámbitos donde son imprescindibles como los asuntos sociales. Los funcionarios y empleados públicos se vuelven locos dentro de este enredo que generan los procesos electorales.

El discurrir de los proyectos políticos, tanto como su afección a empresas, asociaciones y cualquier ciudadano, requiere de una inercia de trabajo anual y de un conocimiento del funcionamiento de las instituciones. Si todo está cambiando continuamente o la inestabilidad esta tal, que paraliza todo, no es un panorama adecuado para todos estamentos que estamos trabajando para dar un correcto servicio público que genere un bienestar óptimo.
¡ Centrémonos y empecemos a trabajar de verdad !