Desde distintos ámbitos recibimos críticas sobre el estado de las carreteras aragonesas en general y turolenses en particular aludiendo a la falta de inversión durante los últimos años (decenios diría yo). Y tienen razón. Quienes compartimos responsabilidades de gobierno tenemos la obligación de reconocer las carencias e incidir en aquellos aspectos mejorables que redundan en beneficio de toda la ciudadanía. Todo ello sin olvidar que la pandemia nos obligó desde el Gobierno de Aragón a priorizar esfuerzos en aquellos departamentos que así lo requerían. Pero aunque no hayamos tenido recursos económicos suficientes para mejorar sustancialmente todas las necesidades que existen, sí que desde la Dirección General de Carreteras hemos puesto en marcha una herramienta para dar un giro copernicano a la situación: el Plan Extraordinario de Carreteras.

Dicho plan se basa en una concesión por itinerarios para la remodelación y el mantenimiento de las principales carreteras autonómicas de Aragón. En concreto, en nuestro entorno más cercano, tenemos los itinerarios 9 y 10 , que permitirán la mejora de las conexiones entre Alcañiz, Castelserás, Torrecilla, Las Ventas de Valdealgorfa, Valjunquera y Valderrobres por un lado. Y entre Utrillas, Muniesa, Oliete y Andorra por el otro. Una vez pasados los trámites administrativos, las informaciones públicas, la resolución de alegaciones, los informes de intervención autonómica y estatal, el visto bueno de hacienda y seguro que algo me dejo, en este primer trimestre tiene que salir la licitación de los mismos para poder ser adjudicados a lo largo del 2023.

Si somos capaces de remar todos en la misma dirección, independientemente de los resultados de las próximas elecciones, el beneficio para todos los usuarios de las carreteras aragonesas será palpable en el corto-medio plazo.
Les deseo un año extraordinario.

Ignacio Belanche. CHA Valderrobres