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Este no es el PAR que yo conocí. Por un momento llegué a pensar que había vuelto ese PAR, sí, ese con gente trabajadora sin otro objetivo que sacar su pueblo o territorio adelante. El que daba estabilidad, visibilidad , protegía y reclamaba lo justo. Ese que con gran implantación en el territorio lograba mantener servicios en pequeños municipios y también sacar adelante grandes proyectos.
No es el que conocí, incluso después de haber logrado unos buenos resultados, especialmente en Teruel fruto del trabajo y reconocimiento del mismo por gran parte del territorio.

Es verdad que desde hace un tiempo esto hacía aguas y aún así con en este último acuerdo «de gobernabilidad» mi cabeza aplicó lo que se llama amor por lo tuyo, que era el Partido Aragonés. Hasta vi estrategia a la hora de situarse al lado de quien parecía podía atraer a otros (sin necesidad de tanta familia en un piso propiedad de los aragoneses, el Gobierno de Aragón).

Pues bien, duró poco. Les hablo de personas, vi que los válidos quedaban por el camino, que aquellos de consenso para la mayor parte de la provincia, hombres y mujeres honrados y trabajadores que habían demostrado con muy buenos resultados en todos los sentidos y no eran portadores de esa enfermedad tan común como es «el ansia de poder» quedaban fuera de las instituciones donde podrían haber desarrollado un magnífico trabajo. Incluso se condiciona el acuerdo de gobernabilidad para el Gobierno de Aragón con Comarcas, ayuntamientos y la propia Diputación. Después de todo eso y estando los diputados provinciales elegidos, unos con más legitimidad que otros, desde Zaragoza también se dicta la organización interna para Diputación de Teruel imponiendo en esta también a sus secuaces.

En fin… Que tampoco sirvió de nada el pulso del territorio como sucedió en el Bajo Aragón Histórico al imponerse este, ante una decisión de la dirección y nombrando así a los diputados que el territorio de verdad avalaba.

Tal vez en las otras circunscripciones, precisamente por respeto y pensando que la dirección tomaría nota, no se llegó a ese extremo dejando así vía libre a quienes ahora pretenden liderar sin haber curado ese «ansia de poder» y con mucho riesgo de no encontrar el antídoto para lograr lo que necesita esta provincia: humildad pero respeto, visibilidad pero sin soberbia, inversiones pero en todo el territorio, empleo pero digno y, sobre todo, aplicar el concepto de política como el arte de llegar a acuerdos en favor de la ciudadanía.

Espero y deseo que antes de que sea tarde la dirección se dé cuenta de que lo más importante en un territorio como Teruel son las personas. Muchas de ellas con gran capacidad para sacar adelante nuestra provincia.

Estando orgulloso de lo que he representado, de lo conseguido, de lo intentado, de quienes me acompañaron en mi andadura y habiendo dejado (de momento) la actividad política por decisión propia, paso página y me pongo en modo reivindicativo y a la vez vigilante ante cualquier necesidad o injusticia que pueda afectar a mi querida provincia y que por otros tipos de intereses no salgan adelante.

Estaré expectante, sí, pero mi nivel de exigencia a quien me representa va a ser como siempre el máximo y tonterías las justas.
Porque este no es el PAR que yo conocí…