Qué tristeza ver en los medios de comunicación todo lo que esta «sufriendo» España, un país que era la envidia de toda Europa hasta hace no mucho y ahora es el hazmerreír, no solo de Europa si no de medio mundo (el otro medio no sabe ni que existe).

Un país que desde principios del siglo XX ha vivido unos momentos muy difíciles. En la segunda mitad del siglo XX todo el mundo pensó que eso se había acabado, un país en el que la economía creció de una manera vertiginosa pero que en cuanto a libertades estaba un poco justo.

Las libertades se empezaron a conseguir, se empezaron a olvidar antiguos rencores y rencillas, parecía que todo iba bien y de repente parece ser que se está derrumbando como un castillo de naipes.

En España se consiguió que se respetaran unas formas de pensar y otras, se ha intentado «visibilizar» (palabra tan de moda) a las minorías que por nuestros principios «democráticos» y de «libertad» tienen derecho a existir.

Pues bien, ahora aparecen leyes que van en contra de todo esto que habíamos ganado. Aparecen leyes como la Ley Celaà que pretende, entre otras cosas, quitar el castellano como lengua vehicular, dando la «libertad» a las diferentes comunidades de utilizar únicamente su lengua regional.

En ciertas zonas del país, como en Aragón Oriental, la situación se queda muy difícil, si quitan el castellano como lengua vehicular y nos «meten con calzador» el catalán esto suena al fin de una cultura. Una zona en la que nunca se ha hablado el catalán, siempre se ha hablado en chapurriau y en el colegio se estudia en castellano, con lo cual la gente de la zona somos bilingües. Ahora con las nuevas leyes y las nuevas políticas, esta zona (una minoría de las que tanto se ha hablado que se tendrían que visibilizar) está amenazada de una «muerte cultural agonizante». El quitarles su lengua «nacional» y cambiarles su chapurriau por el catalán, hará que una cultura, agonizando, muera y desaparezca. Qué tristeza que toda la clase política (sobre todo la aragonesa) no mueva ni un dedo por esto, normal, son pocos votos.

Es muy extraño que para la clase política aragonesa, parece ser, tengamos tan poco valor y sin embargo para la clase política catalana tengamos tanto valor.

Solo me gustaría que se nos diera el valor que tenemos como minoría, la importancia que tenemos. Muchos de nosotros pertenecemos a otras minorías y se nos han visibilizado sin haberlo pedido, simplemente era una evolución natural de la sociedad, sin tener que dar tanto «bombo y platillo». Porqué no se nos visibiliza a nosotros también, como una cultura propia y autóctona?

¿Porqué no se nos da la importancia que tenemos? Porqué no se respeta nuestra lengua y nuestra cultura? Porqué nos quieren destruir?

No entiendo porqué a nuestra cultura se la está asfixiando.

Santiago Lozano – Mohammedia Marruecos – El mundo del Chapurriau