Querido Zape. Todos los años pasa lo mismo. En Alcañiz nada más salir del Pregón de Semana Santa e ir a comer tortas al mercado, es empezar a ver caras de alcañizanos ausentes. Hijos del pueblo que nunca fallan. Pueden faltar en fiestas de septiembre e incluso pueden faltar en navidades, pero es llegar la Semana Santa y aquí los tienes. El sonido de los tambores atrae, nadie se pierde el desfilar del Cirineo o el Cristo del Silencio. La Semana Santa corre por nuestras venas igual que corría gasolina en tiempos del Guadalope. Recuerdo de pequeño el mayor castigo que me impusieron mis padres, no salir a ver la procesión del Nazareno. Menudo sofocón. Menos mal que aquella noche me levantaron el castigo. Amigo Zape, ¿me imagino que no faltarás estos días?

Querido Zipi. Toda la razón, llevo varios años viviendo fuera de Alcañiz y nunca olvidaré cuando escuchaba desde mi casa el sonido de los tambores ensayando días previos a la Semana Santa, se me pone la piel de gallina solo de pensarlo. Es verdad que mucha gente que vivimos fuera podemos faltar en otras festividades del año, pero nadie queremos perdernos a la banda de tambores y cornetas del Nazareno, el olor a tomillo y romero tras la procesión del Silencio, ni la plaza vestida de azul tras la Procesión del Santo Entierro. Desde aquí, animo a todos a mantener vivas nuestras tradiciones y a disfrutar de la Semana Santa en nuestros pueblos de origen. ¡Nos vemos pronto Zipi!

Alberto Gracia y Juan Peñalver. Zipi y Zape