Poco a poco van quedando lejos y desapareciendo los medios y formatos de comunicación convencionales, o quizá mejor dicho, su «consumo» mayoritario. Vivimos en la época de la inmediatez informativa y la globalidad que nos permiten las nuevas tecnologías y los medios digitales y redes sociales. En medio de todo esto entra en juego la veracidad de tanta cantidad de información que se lanza a la opinión pública, y ganan su protagonismo las famosas fake news, noticias falsas que hacen que el término información esté constantemente en jaque. Resulta curioso como, con todas estas circunstancias que exigen como nunca leer a fondo noticias y contrastarlas, por el contrario, consumimos más que nunca el titular, el video de unos pocos segundos, y si puede ser, puestos a elegir, que sea lo que quiero leer o escuchar, mejor no tentar a la suerte con situaciones incómodas de autoconvencimiento. Resulta incuestionable que es deseable poner coto a los bulos que inundan las redes sociales.

Es ahí donde entran las tentaciones de aquellos que gobiernan de poner en funcionamiento mecanismos que caminan en la delgada línea entre velar por la veracidad de las noticias y el control y censura de la información. En 2020 ya se habló de un «ministerio de la verdad», y hoy vuelve a anunciarse algo similar, un comité del PSOE contra la desinformación. Resulta curioso que esto nazca de un gobierno liderado por Sánchez y cohabitado por Podemos. Un Sánchez, que prácticamente en sí mismo es mentira. En cualquier frente se encuentra el soplo y el sorbo, lo blanco y lo negro, el no gobierno con Podemos y el gobierno de coalición con Podemos. Al final, lo más importante es el control del relato. Es responsabilidad de todos los ciudadanos poner filtro a lo falso, y de la ley aquello que precise de esta. Pero en un país democrático esto no puede utilizarse de escusa para instaurar un comité de la verdad que fiscalice a los medios dictaminando sobre su nivel de credibilidad y pluralismo, y coarte la libertad de expresión propia de un Estado de derecho.

Nacho Carbó. PP Alcañiz