El nuevo gobierno aragonés en sus primeros 100 días de mandato ha iniciado una forma diferente de hacer y entender la política. Entre sus prioridades no está la de gobernar para los aragoneses, atender a sus preocupaciones o interesarse por sus reivindicaciones; su único objetivo ha sido bloquear a la oposición, fagocitar a sus socios, vivir de la herencia recibida y engañar a sus votantes.
La imposición es su principal arma en el parlamento. Ejercen altivamente su mayoría aplicando el rodillo, impiden a la oposición realizar su labor de control y parece que se olvidan de que vivimos en una democracia donde todos debemos ser escuchados.

En esta nueva forma de hacer política, el engaño es una de sus principales bazas. La medida estrella de su campaña electoral fue acabar con el ficticio infierno fiscal que azotaba Aragón. Se basaron en el Impuesto de Sucesiones que ahora han bonificado para los jóvenes de 18-21 años con un patrimonio de más de 650.000€, excluyendo su vivienda habitual. Bonifican el impuesto para el 0,1% de los aragoneses, para los más ricos porque el resto ya no lo pagaba. Esa es la realidad. ¿Había o no había infierno fiscal?

La economía era un desastre y crecía por debajo de la media. Pero día tras día los datos nos sorprenden con muy buenas noticias. Demuestran que íbamos por buen camino. Así lo evidencia el techo del próximo presupuesto aragonés, que contará con más de 7.500 millones. Gracias a que Sánchez cumple con las comunidades y a la herencia de Lambán. Un techo de gasto histórico con más de 600 millones de euros de entregas a cuenta, 500 de tributos cedidos y 30 del impuesto a las renovables. Dos gobiernos infernales despreciados por la derecha, pero que son a los que PP-Vox tienen que agradecer estas cifras.

La derecha tiene la memoria muy corta, aunque no es de extrañar porque para ellos todo vale. En campaña predicaron unas medidas que ya se les han olvidado. Sin ir más lejos, en agricultura. El consejero Samper, en su anterior cargo, pedía incansablemente ayudas para el sector primario. Ahora ya se ha quedado todo en saco roto, negándose a cumplir con nuestro sector primario, que está sufriendo gravemente una situación sin precedentes. Anuncian a bombo y platillo 6,5 millones de ayudas directas como complemento a las del Gobierno de España. Pero que, en realidad, son préstamos ICO, medida ya propuesta por su antecesor, el señor Olona. El gobierno español sí que ha destinado 81 millones a ayudas directas, aunque le pese a Jorge Azcón, que prometió y prometió ayudas que no han llegado a agricultores y ganaderos. Poca memoria y una nueva promesa incumplida.

Otro claro ejemplo son las energías renovables. Un tema de gran confrontación social en nuestra provincia. El PSOE, con total transparencia, defiende el cumplimiento de la legalidad y el diálogo con el territorio porque son una gran oportunidad. En cambio, la derecha, se acogió al discurso de energías renovables «sí pero no así» apoyando una moratoria. Así lo demuestra uno de los puntos del acuerdo de gobernabilidad con Teruel Existe en la Diputación. Moratoria que, casualmente, ahora ya no es necesaria, dejando en la estacada a sus socios de gobierno, anulando su identidad. Ahora las renovables ya son una oportunidad, mientras que en el periodo electoral azuzaron las calles y jugaron con sus socios y el territorio para ganar las elecciones. Eso es engañar a los ciudadanos y cometer fraude electoral. Así es el PP.

Resulta curioso que la nueva forma de hacer política se centre más en tirar balones fuera y de hacer oposición a la oposición que en gobernar. El nuevo Gobierno de Aragón tendría que olvidarse del discurso nacional y dedicarse a gestionar y resolver los problemas del día a día de todos los aragoneses

Mª Carmen Soler. PSOE Mirambel