Que más de 10.000 personas de toda la provincia se concentraran el domingo en Teruel para defender una sanidad digna no es un capricho. Es una muestra más de que unos pocos pueden llegar a ser muchos si están unidos y de que, a pesar de estar maltratados, no hay hueco para la desesperanza y sí para la lucha.

Si bien es cierto que, por ejemplo, los problemas con los especialistas son endémicos en las zonas rurales de toda España y plazas como las de pediatría son difíciles de cubrir en todo el país. Asimismo la escasez se agudiza en el territorio en verano, cuando es necesario reforzar los servicios sanitarios para cubrir las vacaciones de los médicos y dar un servicio de calidad en las localidades en las que la población se duplica.

Es esencial tomar medidas para incentivar y otorgar beneficios a los sanitarios para que quieran desplazarse hasta los pueblos de Teruel. Esas ventajas deben ser claras porque, seamos realistas, la mayoría de médicos especialistas prefieren permanecer en Zaragoza.

Lambán aseguraba el mismo domingo que no había motivaciones reales para la manifestación porque no hay agravio comparativo con respecto a Zaragoza y Huesca y que Teruel cuenta con los mismos problemas que la España del interior. Sinceramente, creo que en un servicio público fundamental como es la Sanidad no se pueden poner excusas, señor Lambán.