«¿Compro ahora o espero a que baje?…no sé, tiene pinta de caer un poco más … pero, y si le da por empezar a subir como la semana pasada, no quiero quedarme fuera mientras todos los demás deben estar ganando». «Espero que el valor X suba de una vez porque si no me estropea el día». ¿Les suenan estas frases? Si se han escuchado diciendo esto en los últimos días, es mejor, que se paren a pensar y que busquen las causas por las cuales empezaron a farfullar estas peligrosas frases. Seguro que encuentran varias razones, pero la principal y de la que derivan todas las demás, es porque no se tiene un sistema con el cual operar.

Este razonamiento que parece simple y lógico, se convierte en uno de los mayores problemas que encuentra cualquier inversor a medio largo plazo. Un dato que es demoledor, y que no es simplemente un dato estadístico, es que el 90% de la gente que se acerca a invertir en los mercados, no tiene un sistema, o un método con el que intentar, tener una ventaja probabilística a su favor. Que sea un porcentaje tan elevado, es debido a que el tener un sistema, no hace que tengamos el éxito asegurado por sí solo. El sistema necesitará de otros aspectos como lo puede ser la Gestión Monetaria, para que realmente, la estadística de operaciones exitosas se ponga de nuestro lado.

Eso sí, el usar un sistema por si solo, nos hará dar un salto exponencial en nuestros resultados, ya que lo que sí que nos asegurara cien por cien es que nos ayudará a no cometer los mismos errores una y otra vez.

Si cuando nos decidimos a comprar o vender cualquier activo financiero nos tenemos que para a pensar tan siquiera un momento a la hora de ejecutar esa operación, directamente el proceso ya lo tenemos mal enfocado desde el mismo principio. El pensar nos hará actuar con avaricia o con miedo, y todo lo demás vendrá por sí solo. Y cuando hablo de lo demás, ya sabéis a lo que me refiero, lo que mal empieza…

La decisión de cuando comprar o vender cualquier activo financiero, debe de venir mucho antes de tan siquiera plantearnos la propia inversión. Antes incluso de encender el ordenador o usar nuestro teléfono móvil. La inversión se tiene que acercar a un proceso mecánico y debe de alejarse, de ser un mero resultado de una decisión tomada instantes antes de entrar en los mercados.

Así que ya sabes, que tu sistema no te deje pensar demasiado, porque está demostrado que la cabeza más que optimizarlo en la mayoría de los casos lo deteriora. Las entradas en el mercado deberían realizarse como si fuéramos un robot, sin pestañear, ya que el proceso de decisión lo hemos tomado cuando creamos el sistema y no en el momento de entrar en el mercado.

Raúl Cirugeda Conejos