Son aquellas pequeñas cosas, que nos dejo un tiempo de rosas, en un rincón, en un papel o en un cajón»…. que poco pensaba Serrat que las palabras de esa canción durante el año 2020 nos iban hacer pensar tanto sobre lo importante de la vida. Durante este periodo, primero de confinamiento y luego de desescalada, hemos aprendido a valorar pequeños detalles, pequeñas actitudes, pequeños actos que nos han hecho valorar lo importante de la vida, esas pequeñas cosas que nos han hecho sonreír en unos momentos de incertidumbre y de malestar, que han propiciado en nosotros una sonrisa, un momento de alegría o una sensación de esperanza. Durante el confinamiento esperábamos ansiosos que fuesen las 19:30 para que desde un balcón una vecina nos deleitase con un concierto de piano, nadie buscaba una mala nota o un mal acorde, todos disfrutábamos durante casi una hora de aquello que generosamente nos ofrecían desde su casa, sin buscar nada más que olvidarnos de nuestros problemas, de nuestro confinamiento, de nuestras penas….Otro grupo de personas han utilizado su tiempo libre y sus impresoras 3D para realizar pantallas que luego ofrecían desinteresadamente a las personas que estaban en primera línea de lucha contra la pandemia. Otros vecinos han amenizado tardes desde terrazas y balcones simplemente para entretener a todo aquel que quisiera participar en estos momentos de ocio y esparcimiento que ofrecían sin más interés que todo el mundo fuese un poco más feliz. Voluntarios que realizaban la compra a todo aquel que no podía salir de sus domicilios, personas que se dedicaban a llamar a todo aquel que sufrió en soledad el confinamiento, que se dedicaron a repartir «epis» o simplemente que estuvieron trabajando por ser personal esencial mientras todos los demás estábamos encerrados en nuestras casas. Todos hemos aprendido a valorar estos pequeños detalles, esas pequeñas cosas que nos han hecho felices durante un corto espacio de tiempo. También es verdad que ha habido algún que otro desengaño, algún que otro favor que se ha pedido y no se ha encontrado la respuesta esperada pero que nos ha hecho entender que a veces hay cosas que no se pueden controlar y es mejor preocuparte y centrarte en las acciones o en las personas que son verdaderamente importantes en la vida.

Poco a poco saldremos de esta etapa de nuestra vida, cuando miremos hacia atrás recordaremos el 2020 como un periodo extraño en el que sacamos lo mejor y lo peor de cada uno, pero lo que sí que es cierto que la vida y la sociedad que todos entendíamos hace unos meses ha cambiado. La prioridades que cada uno teníamos o aquellos deseos que pedíamos con el inicio de año no tienen ningún sentido con lo que estamos viviendo ahora mismo. Es prioritario en primer lugar solucionar el problema sanitario que estamos sufriendo, pero no hemos de dejar de lado el problema económico que nos viene a partir de ahora. Todos hemos de entender que hemos de cambiar de hábitos de actuación y consumo preocupándonos más de todos los que tenemos a nuestro alrededor que de buscar un interés personal o económico de esta situación. Comerciantes, hosteleros, autónomos, pequeño comercio local requieren de nuestra ayuda y de nuestro compromiso, de todas aquellas pequeñas cosas que nos van a hacer echar hacia delante. Yo confío en el compromiso de todos nosotros. Si somos capaces de vencer al virus podemos salvar esta situación, podemos hacer esas pequeñas cosas que nos van a hacer salir de la crisis todos juntos.

Eduardo Orrios – PAR Alcañiz