Tengo 55 años y, este verano o lo que queda de él, intento buscar en mi memoria si en tiempos pasados hemos vivido olas de calor semejantes a las de este año. Me vienen imágenes de veranos calurosos, pero, claro, no puedo precisar si se igualan a las temperaturas que estamos pasando estos meses. Es cierto que en esos veranos pasados la temperatura media no era como la actual y parece que ahora tenemos 2 grados más que hace 10 años atrás. No lo sé, pero lo que sí sé es que estamos desde mayo pasando mucho calor.

Una frase repetitiva que llevo escuchando desde entonces: «Este calor no es normal». Y la verdad que así es, este verano está siendo el más caluroso de la historia en muchas partes de España. Las temperaturas extremas están siendo más de 10 grados por encima de lo normal en esta época. Si lo piensas, yo lo pienso, esto es el cambio climático, solo hay que mirar la larga lista de consecuencias que trae la crisis climática: temperaturas extremas, incendios, calentamiento de la superficie marina, contaminación, ozono… y ahora habría que añadir: aumento de la mortalidad. Principalmente personas mayores, trabajadores y trabajadoras.

El calor es un riesgo laboral reconocido, especialmente en procesos industriales que generan calor, en actividades al aire libre, como la agricultura o la construcción, o en aquellas tareas que implican esfuerzo físico o el uso de equipos de protección individual.

Pero, últimamente, en el calentamiento global asociado al cambio climático, son cada vez más frecuentes, intensos y prolongados los episodios de altas temperaturas e incluso los fenómenos de calor extremo. El riesgo laboral por calor supera las fronteras de los territorios en los que los veranos son generalmente calurosos y está afectando a actividades que se presuponían ajenas a ello y se tiene que tener obligación empresarial de prevenirlo, como cualquier otro riesgo laboral.

Por ello, ante olas de calor como las de este verano y tras el fallecimiento de trabajadores que desarrollaban su actividad al aire libre, es necesario que mejoremos su protección ante las temperaturas extremas. Las empresas deben incorporar este riesgo laboral en sus planes de prevención y, por ello, han de incluir formación e información para los trabajadores.

En el ámbito laboral es obligado y de vital importancia que las empresas cuenten con planes de acción específicos frente al calor, para diversas situaciones de trabajo y diferentes tareas, como parte de su plan de prevención que, como mínimo, contenga: formación para trabajadores y mandos, guía para la acción, asignar responsabilidades y vigilancia y primeros auxilios.

Mª Ángeles Manzano. Secretaria de Acción Institucional y Movimiento Popular Podemos Aragón