Una vez más ha quedado demostrado que la estupidez humana no tiene límites. Durante los últimos días, las últimas noches, cientos de personas han dado la razón a esta afirmación en una veintena de ciudades españolas. Madrid, Barcelona, Logroño, Sevilla o Zaragoza fueron testigos durante la noche del sábado de unas protestas en contra del estado de alarma y el toque de queda decretado para tratar de frenar la segunda ola del coronavirus. Manifestaciones que perdieron toda su fuerza cuando comenzaron los disturbios.

Contenedores quemados, piedras volando en dirección a la policía, lanzamiento de petardos y saqueos en tiendas. Estas fueron las premisas de los cientos de personas que participaron en una manifestación poco solidaria e inútil. El resultado fue de 56 detenidos y unas imágenes que valen más que mil palabras.

Grupos de extrema izquierda, de extrema derecha, nacionalistas, independentistas, ultras de fútbol, negacionistas de la pandemia… la policía señala a todos estos grupos como artífices de una protesta que ha tenido la capacidad de juntar a todos los idiotas en una misma acción. Al final van a tener más en común de lo que ellos piensan.

A todos nos fastidia el toque de queda, los confinamientos perimetrales o andar con mascarilla todo el día, pero es la única solución para acabar con la pandemia. Hay que ser más solidarios y empáticos que nunca. Con las personas que han perdido a sus familiares por culpa del coronavirus, con los sanitarios que pelean días tras día contra el bicho y con aquellos que han perdido su empleo en esta crisis.

Pablo Marqués