Puertas cerradas. Ninguna respuesta. Ni una sola explicación. Y un asesino confeso en la cárcel de Teixeiro (Galicia) sin juzgar. Cuando se cumplen dos años del triple crimen de Andorra, la indefesión, indignación, impotencia y desesperación que generó el capítulo más negro de nuestra historia continúan en cada uno de los hogares del Bajo Aragón Histórico. El ganadero José Luis Iranzo y los guardia civiles Víctor Romero y Víctor Caballero (Tote) fueron asesinados a sangre fría por Norbert Feher, un delincuente que había intentando matar nueve días antes a dos vecinos de Albalate del Arzobispo.
Nadie entendió entonces por qué se le dejó campar a sus anchas por el territorio, entrando en masicos particulares para robar comida y resguardarse del frío, y no se puso en marcha un dispositivo serio con cuerpos de seguridad especializados para dar con él y evitar la tragedia. Y sigue sin entenderse ahora, dos años después y con las mismas preguntas encima de la mesa. Igor el Ruso tuvo que asesinar a tres personas para que se desplegara en la zona un dispositivo eficiente, con personal especializado. El resultado fue que Feher cayó en apenas unas horas, reforzando el sentir general de la sociedad de que «se pudo haber evitado».

Los que pidieron responsabilidades desde la oposición, eluden las explicaciones ahora dentro del Gobierno. Aquellos que prometieron más seguridad siguen observando como la provincia se vacía de agentes sin hacer nada para remediarlo.
«Al principio hubo mucha gente dispuesta a ayudar, a dar respuestas, a abrirnos puertas. Los que se suponen que iban a ayudarnos están ahora en el Gobierno -por el PSOE- y nos sentimos más desamparados que nunca», explica Luis Manuel Alquézar, portavoz de los Amigos de Iranzo, una plataforma que nació días después del triple crimen para exigir justicia. Recuerda que llevaron 87 preguntas relativas al dispositivo que se llevó a cabo entre el 5 y el 14 de diciembre a la Subdelegación del Gobierno -entonces con el Partido Popular al frente-. Han vuelto en varias ocasiones, con el PSOE después. Pero las respuestas no llegan y desde la Delegación del Gobierno insistían ayer en que, como el asunto está judicializado, «las respuestas tienen que responderse en sede judicial».
Pero el desamparo de las familias ante esta posición, se agrava cuando tampoco la Justicia quiere entrar en investigar lo que ocurrió aquellos nueve días. De hecho, el tiroteo de Albalate y el triple crimen de Andorra siguen causas distintas y ninguna de ellas los jueces han estimado entrar a valorar el intervalo de tiempo entre un hecho y el otro.
Ante el segundo aniversario del triple asesinato, Jorge Piedrafita, abogado de AEGC que representa a la viuda e hija del agente Romero, señala que el transcurso de la instrucción «ha sido complejo por la multitud de recursos que habido que plantear para salvaguardar los derechos de las familias si bien se ha conseguido iniciar el proceso de jurado habiendo acreditado por la acusación particular que Feher mintió en su declaración y de forma cruel, fría, premeditada y perfectamente planificada emboscó a los agentes que no tuvieron ninguna opción a sobrevivir». Lo que, en su opinión, permitirá la imposición de la máxima pena de la prisión permanente revisable.
Los Amigos de Iranzo también se reunieron hace dos años con todos los grupos de las Cortes de Aragón. Se aprobaron incluso varias Proposiciones no de ley (PNL) encaminadas a investigar lo que ocurrió a través, incluso, de una comisión de investigación. Pero aquellos compromisos quedaron en papel mojado. «Mucho paripé, que no ha servido para nada», recalca Alquézar.
Pero, lejos de rendirse, los familiares y amigos van a seguir luchando. Este sábado han organizado una serie de actos en Andorra para recordar a Víctor, a Tote y a José Luis -con una concentración en el Regallo en el que se leerán dos manifiestos- y también para repasar lo que han sido estos dos años a través de varios planos: el periodístico, el judicial, el de la Guardia Civil y el vecinal. Habrá una mesa redonda a las 16.30 en el Cea Ítaca ‘José Luis Iranzo’ y a las 19.00 será la concentración. Hablarán los amigos del ganadero y los hermanos de Víctor Romero.
Ningún cuartel abierto 24 horas
En cuanto a la seguridad en el medio rural turolense, ni los medios ni el personal se han incrementado. Los compromisos contrastan con la realidad. Actualmente hay 687 agentes de la Guardia Civil en la provincia de Teruel pero la plantilla se verá reducida en las próximas semanas ya que han salido nuevos traslados. Se irán 17 agentes y sólo vendrá 1. «Cuando acabe el curso 2020, vendrán agentes de prácticas y así seguiremos», denuncia Cristóbal Soria, portavoz de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), que detalla que no hay ni un solo cuartel en todo Teruel -de los 32 que existen en total- que esté abierto 24 horas. En la provincia de Zaragoza hay 49 puestos y, al menos siete, si abren las 24 horas. En Huesca, de los 42 puestos, abren cuatro. Además, subraya que, en numerosas ocasiones, para formar una patrulla hay que recurrir agentes de diferentes puestos.
Con respecto a los medios, Cristóbal Soria sí reconoce que se ha producido un cambio importante y es que las mujeres Guardia Civil tienen, al fin, chalecos antibalas propios. «Hasta hace dos años, usaban los mismos que nosotros. Algo muy peligroso porque no se ajustaban a su fisionomía», detalla.
Lejos de defender que la situación cambie, la Delegada del Gobierno en Aragón, Carmen Sánchez, dijo el sábado pasado en una entrevista a Radio Zaragoza: «Los efectivos son los mismos. Es cierto de que han aumentado un poco, pero no se ha modificado la manera de trabajar. Aquéllo fue un hecho terrible y veremos qué ocurre con la sentencia».
Lo que sí destaca Soria como positivo es que cree que lo que sucedió no se volvería a repetir. «Se reaccionaría antes», dice. Y pone como ejemplo operativos que se desplegaron tras el triple crimen de Andorra como la búsqueda del niño Gabriel o Diana Quer. «Enseguida se desplegó un dispositivo especializado», reflexiona. En ese sentido, Soria cree que el triple crimen marcó un punto de inflexión. «Después de lo de Andorra no salió ningún alto mando a dar la cara ni a explicar nada. Días después, con estos otros casos, sí».
Soria, que participará el sábado en la mesa redonda, sigue preguntándose cada día por qué después del tiroteo de Albalate no se activó ni un solo servicio en la Comandancia y solo se contó con personal de la zona. «Cuando alguien se pierde buscando setas, se activan», concluye.
Todavía no ha dado nadie una respuesta sobre la contratación del Yak 42 y por supuesto sobre el posterior accidente del mismo.
Sirva de experiencia para el tiroteo de Andorra.
Nunca sabremos nada.