Un militar toma un rehén en el bar, mientras el equipo canino localiza los explosivos escondidos en las alcantarillas de Bordón. La ‘Operación Centauro’ compuesta por un escuadrón de 150 hombres y mujeres está en marcha. Los ejércitos y su arsenal se adueñan de las calles de la localidad ante las atentas miradas de los vecinos. Todo parece muy real, como si de una compleja misión militar se tratara. Sin embargo, no es más que el mejor de los videojuegos llevado al realismo, al extremo. Se trata del deporte en auge Airsoft. «Es un hobby, un deporte de hecho, basado en la simulación militar. El ejercicio es muy real», explica Javier Nágera, director de Nágera Events, la empresa organizadora. De hecho en muchos otros países es una práctica bastante normalizada que cuenta con miles de adeptos dispuestos a sentir la adrenalina en su propia piel, y no a través de la pantalla.
El convoy de jugadores, en su papel de militares, lleva 10 años apostando por Bordón para disfrutar de esta «experiencia única». Lo volvió hacer este pasado fin de semana. Esta localidad del Maestrazgo, es el escenario de «todas las posibilidades», según apunta por su parte David Sausa, organizador de la edición. La compleja orografía, un terreno agreste, con mucho desnivel en cuota y una climatología muy variable, permiten simular escenarios «reales y extremos». «Tenía que ser Teruel, y cuando conocimos Bordón no nos imaginamos un telón mejor. De golpe tenemos una temperatura elevada, pero por la noche baja mucho. El soldado, que sería el jugador, tiene que soportar todo tipo de dificultades», matiza Sausa. La misión se superó después de 35 horas de simulaciones soportando calor, frío y agua. Se recorrieron 47,5 km con un importante desnivel acumulado
En la experiencia están implicados dos ejércitos diferenciados por sus camuflajes y canales de operación, cada uno de los cuales tiene una serie de misiones y objetivos. El fin último, «conquistar Bordón». Esta edición no ha sido «una más», ya que la dificultad ha aumentado progresivamente a lo largo de los años. En esta ocasión, el equipo estuvo compuesto por profesionales del deporte que requirieron de un entrenamiento y práctica avanzada previa. Además, la denominada Unidad K9 contó con la participación de un equipo canino profesional de Cataluña, la asociación ‘Guies Cannins Policies Locals’. Todos los elementos utilizados en la experiencia, como las metralletas y explosivos, son atrezo para evitar cualquier daño a los participantes. «A veces utilizamos simuladores de misiles o detonadores», concretan. La naturaleza hace el resto para una experiencia completa.
«Nos sentimos hijos de Bordón»
Más allá del juego, se han creados vínculos con los vecinos como si se tratara de «una segunda familia», explican los organizadores. «Nos sentimos hijos de Bordón», recalca David Sausa. Los participantes provienen prácticamente de todos los puntos de España, ya sea Galicia, Asturias, Bilbao, Madrid, Málaga, Sevilla, Valencia o Cataluña, y todos ellos están especializados en el mundo de la simulación militar.
Un mes antes del evento los organizadores ya desembarcan en Bordón para realizar todos los preparativos. La colaboración municipal es fundamental, ya que se les cede el pabellón para fijar la base de los jugadores, es decir, el campamento militar. Incluso los propios vecinos se ofrecen voluntarios para ser figurantes. «Este año hemos tenido al hijo del panadero como rehén», se ríen. «Ellos disfrutan y nosotros también viéndoles jugar». Es por eso que el vínculo especial con el pueblo y con la zona «está garantizado». «Venimos cada año porque para nosotros es algo muy especial. Tenemos contacto con los vecinos y nos arropan mucho».
A pesar de lo que a priori pueda parecer por la temática bélica que conlleva, esta simulación estimula muchas actitudes y sentimientos positivos en los participantes. El trabajo en equipo, el compañerismo y el sacrificio conjunto, guían las actuaciones de los jugadores. «Nos estamos disparando y eliminando para conseguir el objetivo estratégicamente marcado, pero no deja de ser un juego entre compañeros y amigos. Simplemente es pura diversión».
La empresa organizadora tiene en Bordón «su casa» y prepara muchas más aventuras para sus clientes. «Somos una empresa que nos basamos en la demanda del jugador. Hacemos eventos con 400, 500 jugadores, incluso este año vamos a tener uno de 1.000. El más importante es el que realizamos en Bordón. Si los clientes lo demandan volveremos». La edición invernal ya se está barajando.
Como decía mi abuela: al que no tiene qué hacer, Dios le da faena.
esto es prepararse para lo que nos viene pronto será realidad
La mía decía quién no tiene nada que hacer con el rabo mata moscas.
Madre mía que tontada
Usted no debe tener adicciones por lo que dice.
Cada uno emplea su dinero y tiempo en lo que le viene en gana.
VALIENTE TONTADA SU COMENTARIO.
que pase un buen dia
te había quedado mejor aficiones