Hoy comienza la campaña electoral a las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. Durante estas dos semanas los candidatos desvelaremos las propuestas con las que convencer a nuestros vecinos de ser los merecedores de su confianza.

Recuerdo las campañas anteriores. La primera que viví fue la de 2011. Yo tenía 23 años y ocupaba el puesto número 3 de la candidatura popular en Albalate. Aquella fue, para mí, la campaña de la ilusión. Luis Carlos Marquesán nos propuso digitalizar el partido en el Bajo Martín y grabamos vídeos, creamos un blog y perfiles en facebook y youtube. Además, fotografiamos, diseñamos y maquetamos los programas electorales de varios pueblos de nuestra comarca e incluso alguno del Matarraña. Recuerdo que en Albalate hicimos reuniones con todos los sectores. Queríamos dar lo mejor de nosotros mismos a nuestro pueblo y para ello debíamos empezar por escuchar.

Fue una campaña novedosa para aquel entonces que nos permitió llegar a mucha gente. Sin embargo, cuando te presentas por primera vez crees que todo tiene soluciones rápidas y sencillas pero que a la hora de materializarse se topan con la realidad.

De aquellas semanas conservo en mi memoria entrañables recuerdos y personas importantes que siempre llevaré en el corazón. Entre ellos, a la candidata de Albalate y al candidato de Samper de aquellas elecciones de 2011, Fina Salas y José Luis Terreu que nos dejaron demasiado pronto.

La campaña de 2015 fue para mí la de la responsabilidad. Mi partido me pidió que diera un paso al frente y encabezara la candidatura. Recuerdo que zozobré un poco porque sólo tenía 27 años pero la experiencia de haber conocido por dentro las instituciones me dio seguridad y acepté el reto sin miedo.

En 2019 seguimos ensanchando el partido. Cada vez más jóvenes se acercaban a él con ganas de aportar sus ideas y su trabajo. Fue la campaña de la renovación y la pasión. De la savia nueva y de los proyectos. Presentamos nuestra candidatura y desgranamos nuestro programa para que llegara a todos, ilusionados con un Albalate de futuro. Tanto es así que conseguimos gobernar.

Es un gran orgullo ser alcalde, saber que sirves los intereses del pueblo al que tus padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos han amado. Un honor buscar el mayor bien posible para tus vecinos y representarlos ante los demás. Una satisfacción cuando ves materializados los proyectos por los que has trabajado. Pero es también una ocupación a tiempo completo que requiere dedicación. Que exige ser una persona resiliente para que las dificultades no menoscaben tu ánimo ni te logren abatir. Albalate es mi prioridad, lo primero de todo, por lo que he relegado contenta los demás aspectos de mi vida a un segundo plano.

Y llega 2023 y me doy cuenta de que lo que importa es el trabajo que se hace todos los días. Escuchar a quien tiene un problema y ayudarle a resolverlo. Ahora ya no necesito, como en 2011, preguntarle a la gente sus necesidades porque las he visto cada día; ya no necesito presentarme para que me conozcan, como hice en 2015; ni hacerles promesas como en 2019. Ahora son nuestros actos los que hablan por nosotros, los proyectos que hemos iniciado. Sumamos a nuestra experiencia habernos enfrentado a la gestión del día a día, a los obstáculos de nevadas y pandemias que no sólo no nos han paralizado sino que nos han hecho más fuertes y nos han acercado más a la gente porque hemos sufrido los problemas y gozado los éxitos con ellos.

A la ilusión de la primera campaña, hemos sumado el sentido de la responsabilidad de la segunda, la pasión de la tercera y la experiencia para seguir construyendo un Albalate cada día mejor. Me vuelvo a presentar ante vosotros tal y como soy, con la sencillez y seriedad que me caracteriza y el compromiso que muestran mis actos.

Isabel Arnas. Alcaldesa de Albalate del Arzobispo