El lunes arranca al fin el juicio que condenará a Igor el Ruso por el triple crimen de Andorra. Previsiblemente será la primera prisión permanente revisable que se dicte en la provincia de Teruel y la segunda de Aragón, una condena máxima que aunque no logre nunca resarcir el dolor de las familias de las víctimas servirá para que puedan descansar después de más de tres años. Fue un 14 de diciembre cuando Norbert Feher asesinó a sangre fría al ganadero José Luis Iranzo y a los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Caballero. Lo hizo tras campar a sus anchas durante más de nueve días por el territorio y tras intentar matar a dos personas en Albalate del Arzobispo, hecho por el que ya fue condenado en febrero de 2020 a 21 años de cárcel.

Será el juicio más mediáticos que se ha celebrado en la Audiencia Provincial y coincide con una situación insólita de estado de alarma por la pandemia de covid-19. El acceso a periodistas, medios y familiares a la sala está totalmente restringido y se seguirá de forma telemática. Es exigible una transparencia ejemplar y una conexión excepcional que permitan seguir el proceso con plenas garantías desde cualquier parte del país, especialmente en el medio rural aragonés, donde viven las familias y la conexión a internet no goza de buenas prestaciones. El Tribunal Superior de Justicia de Aragón, pese a varias solicitudes de un abogado y del Colegio Profesional de Periodistas de Aragón, ha rechazado habilitar algún espacio para seguir la vista en la propia capital turolense.

Aunque la condena será un gran alivio para las familias, todo lo que acontece al triple crimen de Andorra no terminará la próxima semana. Costará años que las familias reciban las indemnizaciones ya que el asesino se ha declarado insolvente, al igual que ya está pasando con las víctimas del tiroteo de Albalate. Por eso algunos abogados emprenderán después la lucha por la vía de la reclamación patrimonial del Estado.

La condena también abrirá la puerta a que se retome el juicio por las polémicas medallas a los responsables del operativo para detener a Norbert Feher. Se aplazó a la espera de la vista por el triple crimen porque el juez habría visto vínculo entre la causa penal en curso y las condecoraciones.

Precisamente, el incansable trabajo de los Amigos de Iranzo tampoco terminará aquí. Ya han anunciado que con la condena en la mano acudirán a reclamar a los cargos públicos que en estos tres años no han querido responder a sus preguntas alegando que el caso se encontraba judicializado.

Cabe esperar que todas estas incógnitas se resuelvan y que se haga justicia en un caso que conmocionó al territorio y que todavía cuenta con muchísimas heridas sin cerrar.

Editorial