Los alumnos y alumnas de la asignatura de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente del IES Matarraña de Valderrobres han llevado a cabo un proyecto de investigación para estudiar la probabilidad de contagio del coronavirus en sus aulas. ¿Cómo? Utilizando el dióxido de carbono como un indicativo directamente proporcional a un hipotético aumento de carga vírica en un aula. Durante dos semanas midieron distintos espacios del IES -aulas generales, sala de profesores, Jefatura de Estudios, aula de música y aulas de hostelería entre otras- con medidores de dióxido de carbono comprados específicamente para este estudio, analizando tanto los espacios completamente cerrados como totalmente abiertos.
Los datos obtenidos sirven para aportar información al profesorado y alumnado sobre cómo deben ventilar las aulas durante todo el tiempo que las están ocupando. Las mediciones se realizaron siguiendo las recomendaciones del CSIC, el LIFTEC-UNIZAR de Zaragoza y los estudios realizados por J.L. Jiménez de la Universidad de Colorado. Distintos estudios confirman que el CO2 es un extraordinario indicativo del nivel de ventilación que existe en una estancia. En general, se ha demostrado que a más concentración de dióxido de carbono en un espacio cerrado, peor ventilación existe y más riesgo de contagio de coronavirus hay.
Los encargados de llevar a cabo este proyecto han sido los alumnos de 2º de bachillerato de Ciencias de la Tierra y la responsable de la asignatura, Elena Arriazu, que fue la encargada de dirigir la actividad tras la propuesta del director del centro educativo, José Ramón Guarc. De este modo los alumnos protagonistas han sido Silvia Cuartielles, Aksel Serret, Sheila Anglés, Diego Arbiol, Wenceslao Tafalla y Guillermo Ber. La intención del centro ahora es que los propios alumnos expongan el resultado del estudio a otros cursos. «Hemos constatado la gran importancia que tiene la ventilación para evitar situaciones de riesgo. Sabemos que ahora se acerca la época más fría del año y por eso nos parece muy importante que los alumnos conozcan cómo deben ventilar las aulas», ha explicado la profesora Elena Arriazu.
Las principales conclusiones obtenidas en este proyecto de investigación demuestran que los espacios cerrados, como aulas con puertas y ventanas cerradas, tienen una ventilación prácticamente nula y es fácil alcanzar rápidamente valores de dióxido de carbono compatibles con una alta tasa de contagios entre los alumnos y profesores. En algunos casos tan solo bastan 10 minutos para constatar un notable aumento del dióxido de carbono. Sin embargo, el estudio apunta a que en las aulas donde las puertas y ventanas están abiertas, la corriente de ventilación reduce los niveles de dióxido de carbono prácticamente a los valores que hay en la calle, con lo que la posibilidad de contagio de coronavirus disminuye de forma importante.
Este informe está sirviendo de referencia y apoyo para realizar mediciones en otros centros educativos de Aragón; además, el IES Matarraña forma parte de un grupo de centros educativos aragoneses y el LIFTEC-UNIZAR que comparten información y experiencias para consensuar protocolos de actuación en relación a la ventilación de las aulas a lo largo del curso escolar. En la siguiente fase del estudio, que se está llevando a cabo ahora en el IES Matarraña, los estudiantes buscarán garantizar una adecuada ventilación con una apertura de ventanas y puertas que garanticen un adecuado confort térmico a lo largo del curso.