Apadrina un Olivo ofrecerá las casas a familias que trabajen en la iniciativa
La iniciativa «Apadrina un Olivo» de Oliete ha comenzado a restaurar dos viviendas de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) situadas en la entrada del embalse de Cueva Foradada y que fueron habitadas en su día por los vigilantes del pantano. Cuando estén listas, serán ofrecidas a dos familias dispuestas a trabajar en el proyecto que se trasladen a la localidad a vivir, como ya han hecho otras gracias al proyecto a lo largo de los últimos años.
Los impulsores de «Apadrina un Olivo» solicitaron a la CHE el uso de estas viviendas hace dos años y, este verano, recibieron la autorización de la Confederación para poder rehabilitarlas. Para ellos, han llegado a acuerdos con dos empresas privadas, Leroy Merlín y Balay, que están cediendo el material necesario para acometer la obras de mejora. Además de las casas, se actuará en los huertos que hay frente a las viviendas para adecentarlos. Cabe recordar que las casas llevan deshabitadas varias décadas y presentaban un profundo deterioro.
Por el momento, se ha procedido al vaciado del interior de las casas, se han adecentando los espacios y desbrozado los patios. También se han repasado los tejados para que no haya goteras.
Por otra parte, desde Apadrina un Olivo destacan que, junto al equipo de OrganicManagers (organización de agricultura orgánica sin ánimo de lucro) con sede en Albalate del Arzobispo, se van a poner en marcha unos talleres teórico-prácticos de alimentación saludable contra el cambio climático, cuyo centro de operaciones serán precisamente las instalaciones de Cueva Foradada.
Nueva visita a la cosecha
Este fin de semana, Apadrina un Olivo ha organizado la séptima visita a la localidad con motivo del inicio de la cosecha del olivar que comenzó este otoño.
Los asistentes visitarán los olivares, la almazara y participarán en una cata de aceite. Además, podrán conocer Oliete y el entorno con excursiones a la Sima de San Pedro, el Balenario de Ariño o el Convento del Olivar, entre otras propuestas.
Ángel Cantín dice
La foto del artículo me ha hecho recordar una acampada que hicimos allí el verano de 1965, estando en el Seminario. El único medio de transporte era una vía de tren estrecha por la que circulaba una pequeña locomotora. La casa del ingeniero que disponía de piscina, estaba ocupada por el ingeniero y su familia. Por la noche acudían a nuestras veladas.
Lo más difícil fue el regreso de una excursión hasta Alcaine , en la cola del pantano. Se nos hizo de noche después de ver el pueblo y las pinturas rupestres. Gracias a dios que llegamos sanos y salvos.