Alloza se despide de sus fiestas tras cuatro días de actos para todas las edades que han tenido una gran asistencia. Las fiestas en la localidad de Andorra-Sierra de Arcos comenzaron el martes con el pregón y chupinazo, y entre las citas han destacado la subida al calvario y el desfile de carrozas el viernes, así como los cuatro vermuts en la plaza.
Este año no ha habido comisión de fiestas, por lo que la organización ha corrido a cargo del Ayuntamiento, donde ha cobrado aún más importancia -según subraya el alcalde de la localidad, Miguel Ángel Aranda-, la participación de los vecinos. «Estamos muy satisfechos con la asistencia y sobre todo la colaboración que es fundamental, en la barra, preparando el chocolate o con las campanas», subrayó Aranda. Alloza ya mira las fiestas de 2023, donde la comisión será la Peña El Lingotazo.
El miércoles, día de la Exaltación de la Santa Cruz, el pueblo asistió a la procesión al calvario, donde autoridades, majas y vecinos con el traje regional portaron al santo. Por la tarde se homenajeó a los mayores con diversos actos y gran presencia de la jota aragonesa.
El tradicional desfile de carrozas volvió a salir a la calle el viernes. El encuentro cuenta con más de 40 cuarenta años de antigüedad y tiene una fama que hizo que ningún vecino se lo perdiera. El ingenio y la originalidad de los allocinos salió a relucir a través de las carrozas, que, aunque menos numerosas que otros años, fueron de gran calidad. Ángeles y demonios, la patrulla canina, futbolistas, un festival con djs o Alicia en el país de las Maravillas. Además, por la noche continuo la fiesta con la orquesta. También el sábado, último día, se vivió una ronda jotera, para despedir las fiestas con baile.